El alcohol ha sustituido al tabaco como sustancia de inicio de los españoles de 14 a 18 años, ya que ha aumentado la edad en la que los adolescentes empiezan a fumar mientras que se ha mantenido prácticamente estable en la que comienzan a beber.

Así se recoge en la evaluación final de la Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016, cuyas conclusiones fueron dadas a conocer por el secretario de Estado de Servicios Sociales, Mario Garcés, y el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín. El informe, elaborado por expertos de la Universidad Autónoma de Madrid, pone de relieve que, en contra de la percepción general, la edad de inicio en las drogas aumentó entre 2009 y 2014, aunque ligeramente: de 14,6 a 14,8 años en el cannabis, de 13,7 a 13,8 en el alcohol y de 13,3 a 13,9 en el tabaco, sustancia en la que se incrementó más.

En este sentido, Babín destacó que desde que se generó el debate social sobre el tabaco ha bajado un 50% su consumo por parte de los adolescentes y precisó que la ley antitabaco que prohibió fumar en bares y restaurantes supuso un «punto de inflexión absolutamente claro», que puede servir de punto de partida para la futura ley que pretende reducir el consumo de alcohol en menores.

Según el secretario de Estado, esta ley, que el Gobierno está impulsando, «tiene que servir de paraguas y ofrecer la cobertura necesaria» a nivel nacional allí donde las normas autonómicas y locales han resultado ineficaces.

En breve se van a empezar a analizar los datos recabados en la ponencia parlamentaria Menores sin alcohol de los numerosos expertos que han participado «y con todo ese volumen de conocimiento» se va a elaborar una ley «que ponga solución a algo que hoy por hoy es uno de los asuntos más graves desde el punto de vista de la salud y la actividad social», dijo Garcés.

PERCEPCIÓN DEL RIESGO / La evaluación arroja datos positivos en cuanto a la percepción del riesgo entre la población escolar, que aumenta en todas las drogas excepto en el alcohol, que se mantiene estable, aunque, según Babín, «sigue siendo bastante baja». El informe revela también que entre 2009 y 2014 el número de consumidores «problemáticos» en la población general disminuyó en todas las sustancias, salvo en el alcohol que se mantiene en los mismos niveles (se ha pasado de 1.550.000 a 1.552.000). Además, el 8% de los que toman alcohol y el 16% de los que consumen cocaína lo hacen de forma problemática, mientras que en el caso del cannabis es uno de cada cuatro y, de éstos, apenas un 6% recibe tratamiento.

El secretario de Estado se mostró «categórico» respecto a que el Gobierno no va a legalizar «de ninguna manera» esta última sustancia y pidió «altura de miras» a todos los partidos políticos en este asunto, si bien aseguró que se va a estudiar la posibilidad de autorizar su uso con fines terapéuticos.

En cuanto a los daños asociados al consumo de drogas como la mortalidad, ha disminuido el número total de fallecidos (de 1.350 en 2009 a 1.221 en 2015), mientras que las urgencias hospitalarias han aumentado de 5.567 a 6.441 y han disminuido los delitos contra la seguridad vial relacionados con el alcohol (170 frente a 423). Respecto a la reinserción, el análisis constata una disminución en el porcentaje de personas en tratamiento que residen en alojamiento precario.