El incendio iniciado el pasado domingo en Cualedro, que ha afectado a otros municipios de Ourense y ya está estabilizado, arroja un balance provisional de 3.000 hectáreas arrasadas, lo que lo convierte en el primer Gran Incendio Forestal (GIF) --los que superan 500 hectáreas-- del verano en Galicia.

Los continuos cambios de viento y el calor del pasado domingo provocaron la rápida propagación del fuego, que iba saltando de una aldea a otra, lo que dificultó las labores de extinción de los numerosos medios aéreos y terrestres concentrados en el lugar hasta altas horas de la madrugada. "En este caso, se juntaron dos factores: por un lado, que lleva meses sin llover, y por otro las condiciones climatológicas, marcadas por el calor y el incesante viento", lamentó el alcalde de localidad, Luciano Rivero.

A este amplio despliegue, tanto de la Xunta como de la UME, hay que sumar a los propios vecinos, que entre lágrimas de impotencia y rabia, trabajaron a destajo con mangueras y con todos los utensilios que tenían a su alcance para evitar que el fuego llegase a sus casas y se calcinaran todos sus bienes. El resultado, por el momento, es el de miles de hectáreas de terreno calcinadas.

Una de las afectadas por el fuego, una vecina de Vilardeliebres, Emilia Fernández, relataba que todos los vecinos tuvieron que colaborar con lo que tenían, al hallarse rodeados por el fuego. "Con tanto aire no se daba por apagado", apuntó esta vecina, quien asegura que no recuerda un incendio de estas dimensiones en la zona, aunque resaltó que no hubo daños personales. No fue el único incendio del fin de semana en Ourense.

Fuentes de los servicios de extinción contabilizaron más de una treintena de fuegos en diferentes puntos de la provincia durante el fin de semana, que dejaron 700 hectáreas calcinadas.