Un centenar de efectivos de extinción de incendios y siete medios aéreos se han sumado a primera hora de la mañana a los 80 bomberos y 100 miembros de la UME que durante toda la noche han tratado de sofocar desde tierra el incendio que llega ya a las puertas del corazón de Doñana. Su esfuerzo ha sido fundamental y el ánimo es optimista porque el viento ha aflojado. Así, según ha confirmado el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Fiscal, dos de los focos del incendio que comenzó el sábado por la noche han sido ya “perimetrados”, aunque el fuego sigue activo.

Sobre las 21 horas se abrió una primera carretera para que quienes quisieran de los 50.000 veraneantes que estuvieronincomunicados durante varias horas en la playa de Matalascañas pudieran regresar a Sevilla o Huelva, aunque escoltados por la Guardia Civil. Pese a varios cortes de nuevo por la noche para facilitar la movilidad de los bomberos, en estos momentos permanecenabiertas las dos vías de salida de ese núcleo poblacional.

Asimismo, 350 personas, en su mayoría veraneantes en hoteles o temporeros, han tenido que pasar la noche en instalaciones municipales de Almonte y Moguer ante la imposibilidad de regresar a sus casas. Y es que algunas instalaciones como el camping de Doñana han quedado dañados por las llamas.

“Las perspectivas son buenas”, según ha adelantado el consejero andaluz este lunes, aunque todo depende, un día más, de la evolución del viento, que durante la jornada del domingo llegó a alcanzar rachas “huracanadas” y con remolinos, complicando en extremo las labores de extinción.

Tras unos leves cambios de dirección, que permitieron estabilizar el frente que avanzaba paralelo a la playa e intensificar las labores contra las llamas en el espacio natural de Doñana, el colchón de protección del principal humedal de Europa.