Un hombre de 66 años falleció el pasado sábado tras ser atacado por los cinco perros de raza peligrosa de su vecino en una finca Beniarbeig (Alicante), según han informado fuentes de la Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación. El dueño de los animales no tiene documentación ni permiso para poseer razas peligrosas, y si la autopsia y los análisis de ADN confirman que han sido estos perros los causantes de la muerte será acusado de un delito de homicidio por imprudencia. El fallecido salió de casa para dirigirse a pie a un pequeño huerto que tenía en una finca. El hijo, al no tener noticias de su padre, fue a buscarlo y encontró el cadáver en el suelo lleno de desgarros producidos por dentelladas de animales. Al parecer, los perros comenzaron atacando al hombre mordiéndole las piernas para derribarlo. Los desgarros en piernas, brazos y en la cabeza pudieron causarle la muerte por pérdida de sangre. Cuando llegaron al lugar de los hechos, los agentes comprobaron que en el suelo había algunas huellas que hacían pensar en una jauría de perros de razas peligrosas, ya que en esas zonas no existen depredadores salvajes capaces atacar hasta la muerte a humanos.

Por ello, revisaron las incidencias con perros de la zona, y se dirigieron a una casa cercana. El dueño reconoció tener varios perros, que en ese momento estaban dentro de la casa, y los fue sacando uno a uno. Los agentes comprobaron que se trataba de cinco perros mestizos de pitbull y bull terrier. No tenían manchas de sangre, pero uno de ellos estaba empapado, como si lo acabaran de bañar. Por orden del juez que instruye el caso, los cinco animales han sido sacrificados.