El fantasma de la 'Ballena Azul' ha vuelto a las redes sociales. Ya no se llama así ni plantea los 50 retos destinados a romper los nervios como los 'grupos de la muerte' rusos, en los que se incita al suicidio a través de internet. Ahora son clones, algunos improvisados, y se han mudado de plataforma siguiendo la máxima afluencia de público adolescente: de Facebook y Twitter a Instagram.

La alerta ha vuelto a saltar con un caso en el País Vasco, donde la Ertzaintza recibió la denuncia de la educadora de una joven de 15 años bajo tutela de la Diputación de Guipúzcoa que había sido tentada por un grupo que operaba a través de Instagram para que participara en un suicidio colectivo el pasado día 17 de agosto, casualmente el mismo día de los atentados de Barcelona y Cambrils.

El instigador era un joven argentino de 17 años depresivo que buscaba compañeros para acompañarle en su voluntad de quitarse la vida. “Era un peligro para los demás y para sí mismo”, relató a la prensa argentina el comisario que detuvo al joven el pasado 12 de agosto en su casa de San José, en la provincia de Entre Ríos, al norte del Argentina y lindante con Uruguay. Las capturas de pantalla aportadas por la educadora de la joven de Guipúzcoa confirman que estaban pactando tanto la fecha como el método que iban a utilizar.

Conexiones internacionales

Desde que fue detenido, el menor está ingresado en un centro psiquiátrico bajo la tutela de su madre, que niega las acusaciones de instigador que caen sobre su hijo. La policía argentina, que requisó todos los aparatos informáticos (ordenador, tablet, móvil…) de su casa y revisa sus cuentas, investiga con quién más tenía relación, puesto que alguna de las fotos de su perfil en público llegó a tener 1.500 'Me gusta'.

H., el joven argentino, está acusado de ser el líder de un grupo de cinco adolescentes (el más próximo a él residía en Uruguay) que se relacionaban a través de perfiles privados de Instagram. Se habían conocido, según Infobae, en un juego 'online' y de ahí pasaron a compartir fotos, vídeos y textos en privado en la red social de fotografía. El contacto llegó a ser estrecho, según explicó la joven vasca en su denuncia, puesto que había llegado a hablar directamente con H., aunque no especifica la vía.

Allí, según las capturas que aportó a la Ertzaintza la menor vasca, se animaban entre ellos y alababan la idea del suicidio y las autolesiones. Lo mismo que han hecho previamente otros adolescentes a través de Facebook, VKontakte (donde se iniciaron los primeros grupos de Ballena Azul), Tumblr (que perdió el favor juvenil hace un par de años), Twitter o Whatsapp. De Snapchat no hay evidencias porque los mensajes caducan antes.

Adelanto de la fecha

H. había programado inicialmente el suicidio colectivo para final de año, pero decidió adelantar la fecha a agosto para que coincidiera con el aniversario de la muerte de una persona próxima, según la policía vasca, lo que les hizo alertar con premura a sus colegas argentinos a través de Interpol. La policía argentina registró su casa y encontró varios cuchillos y vendas con sangre utilizadas en las autolesiones.

Argentina ha vivido conmocionada varios casos de suicidios de jóvenes en los últimos meses. En la misma provincia donde fue detenido H., Entre Ríos, un chico de 16 años se intentó matar tras completar todos los retos de la Ballena Azul. Lograron salvarle pero falleció tras un mes en el hospital. Y otra menor de 14 años ya lo había intentado previamente. Más recientemente, el pasado 3 de agosto, una joven de 15 años se pegó un tiro en plena clase en su colegio en La Plata tras anunciarlo en Voxed, otra red social tipo foro muy popular en Argentina y cuyos usuarios están ahora en el punto de mira.

Casos en más países

Pero la fascinación por el suicidio no solo afecta al país suramericano. Ha habido casos en México, Italia, Alemania y Brasil, ya en el 2014. En Rusia esta semana han sido detenidos por inducción dos administradores de 'grupos de la muerte' que instaban a jóvenes al suicidio. Y herramientas de vídeo como Periscope o Facebook Live han sido utilizadas para retransmitir autoinmolaciones en directo en Francia o EEUU.

Combatir este tipo de contenido no es fácil si no hay denuncias de usuarios o implicación de las plataformas.