El Gobierno sirio envió el domingo por la noche una notificación al mediador de la ONU, Staffan de Mistura, en la que le comunicaba que no iba a viajar este lunes a Ginebra donde el martes debía empezar la octava ronda de negociaciones para tratar de alcanzar un acuerdo político que ponga fin a la guerra y ofrezca una salida al conflicto.

"Nos enviaron un mensaje diciendo que no llegarían el lunes. Naturalmente, confiamos y de hecho esperamos que viajen en un corto plazo", explicó Mistura en una videoconferencia con el Consejo de Seguridad. El mediador señaló que "no han confirmado aún su participación", aunque añadió que "nos indicaron que nos dirían algo pronto". La delegación de la oposición ha llegado este lunes a la ciudad suiza.

Según el diario de Damasco 'Al Watan', el Gobierno del presidente sirio, Bashar el Asad, ha pospuesto su viaje en protesta por las decisiones adaptadas recientemente por la oposición. El periódico, que cita fuentes diplomáticas en Ginebra, quiere expresar su descontento tras leer "detenidamente" el comunicado de la conferencia Riad 2. Fue en la capital saudí donde la semana pasada se dio cita la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), la principal alianza de la oposición, para elegir a la delegación que iba a mandar a Ginebra.

Oposición unida

Tras siete años de guerra civil, tres enviados especiales de la ONU y siete rondas anteriores de diálogo en Ginebra en las que no se logró ningún avance, la novedad en esta nueva ronda negociadora era que los distintos grupos de la oposición han logrado unirse en una misma plataforma.

El Gobierno sirio, sin embargo, ve el comunicado de Riad 2 "como un regreso al primer paquete de las negociaciones y, especialmente, como un paso hacia la imposición de precondiciones". En este sentido, Damasco criticó que los opositores exijan la marcha de Asad al comienzo de la etapa transitoria que debería dar paso a la democracia.

El régimen sirio y sus aliados tildan de "alejada de la realidad" la insistencia opositora sobre la marcha de Asad dado que, desde que Rusia --el principal aliado del régimen de Damasco- entró en la guerra en el 2015, las fuerzas del régimen han obtenido una serie de victorias militares que han expulsado a los rebeldes de las principales ciudades y hecho añicos cualquier posibilidad de derrocar a Asad por la vía militar.

La oposición, por su parte, acusa al Gobierno de negarse a negociar en serio. "Al régimen de Asad no se le puede permitir jugar a ganar tiempo, mientras la población sigue sitiada y continua siendo bombardeada", afirmó Yahya al-Aridi, nuevo jefe de la comisión negociadora de la oposición.

El domingo un supuesto bombardeo de Rusia contra la localidad de Al Shaafa, en el noreste de Siria, cerca de la frontera con Irak, causó 53 muertos.