La nueva Estrategia Nacional sobre Adicciones, aprobada este viernes por el Consejo de Ministros, pone el foco sobre Internet y la aparición de adicciones que han traído consigo las nuevas tecnologías, además de introducir estudios sobre drogas y sustancias adictivas diferenciando el consumo en función del sexo.

Es la primera vez que se incorporan las nuevas tecnologías y las redes sociales a esta estrategia, ya que las dos ediciones que la preceden tan sólo hacían referencia al consumo de drogas y alcohol. Con este plan -que abarcará los próximos ocho años- el Gobierno pretende combatir las nuevas adicciones a las redes sociales o a los móviles. Y es que según los datos oficiales, el 18% de los adolescentes entre 14 y 17 años hace un uso "compulsivo" de internet, llegando a generarles ansiedad cuando no pueden estar conectados. La estrategia también se centra en el juego 'online', ya que estima que el 0,9% de mayores de 18 años tiene ludopatía.

Así, el Ejecutivo pretende agilizar la inclusión de nuevas adicciones y nuevas sustancias, según han relatado este viernes el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés, y el delegado del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, Francisco de Asís Babín, durante un encuentro con periodistas. Por una parte, se facilitará la inclusión de nuevas drogas al catálogo de sustancias prohibidas, al tiempo que se diseñará un real decreto para acotar la publicidad de las casas de apuestas en espacios con presencia de menores mediante una regulación especial que estará lista este mismo año.

Sexo en la red

El texto de la Estrategia Nacional sobre Adicciones llama la atención sobre las nuevas aplicaciones para encontrar pareja o quedar con gente, y cita a Wapo, Tinder o Grinder como plataformas mediante las cuales se están introduciendo dinámicas para favorecer las relaciones sexuales ligadas al consumo de drogas. "Se diseminan nuevos patrones para el consumo de drogas ligados a prácticas sexuales como el 'chemsex' o el 'slamming', que implican estupefacientes para aumentar la desinhibición y la duración de las sesiones", según explica la propia estrategia.

Esto, unido a los índices de dependencia de las nuevas tecnologías, llevan al Gobierno a referirse explícitamente a un "uso patológico de internet" y de las redes sociales, y cita al juego 'online' y las apuestas deportivas como "potenciadoras de conductas adictivas".

El delegado del Plan Nacional sobre Drogas también precisó que, al tiempo que se reduce el consumo de las drogas "tradicionales" como la heroína, la cocaína o el hachís, su departamento ha apreciado un aumento de nuevas sustancias que se caracterizan por "imitar" efectos como el del cannabis o potenciar otros como el de la cocaína. "Cada día se ponen en el mercado nuevas sustancias químicas que no están en el catálogo de drogas prohibidas y que se comercializan a través de la 'dark web' y la 'deep web' (internet oscuro e internet profundo)", ha alertado Babín, por lo que el Gobierno se ha propuesto mejorar el sistema de detección de estas nuevas sustancias.

Estudio sobre los 80

Por último, la nueva Estrategia Nacional sobre Adicciones también se centrará en estudiar la generación de los años 80 que convivió con los años más complicados respecto al consumo de heroína, de manera que analizarán la "incidencia" de la droga en este grupo de edad y abordarán el aumento de la cronicidad, incluyendo "todo lo relacionado con el deterioro cognitivo".

También aborda, como lo han hecho las anteriores, todo lo relacionado con el consumo de alcohol (el 77,6% de la población lo consume), el tabaco (el 30,8% fuma a diario) o el uso de hipnosedantes o tranquilizantes, drogas legales a las que recurre el 12% de la población, en su mayoría mujeres.

Así, y con un texto que ha sido diseñado por más de 400 organizaciones y expertos y que cuenta con el consenso de todas las Comunidades Autónomas, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad pretende reducir el impacto de las adicciones, incluyendo las del nuevo siglo, y hacer frente a las conductas de las futuras generaciones, ya que la edad media de inicio de consumo de alcohol, tabaco o cannabis se sitúa entre los 14 y los 18 años.