Las líneas de investigación sobre la demencia de alzheimer trazadas por la Fundació Pasqual Maragall (FPM) -entidad impulsada por el político y su familia- buscan captar los signos que emite el cerebro de quien cinco o 10 años después manifestará los síntomas de la enfermedad, un campo de estudio innovador en el que esta entidad es uno de sus líderes europeos. El objetivo, cuya consecución sitúan en el largo plazo, es proporcionar métodos diagnósticos que anticipen información sobre el eventual desarrollo futuro de la enfermedad y aporten métodos que frenen dicho proceso.

Gracias al nutrido colectivo de voluntarios con que cuenta la fundación -más de 2.800 personas- han podido aplicar los marcadores, basados en técnicas de neuroimagen y el análisis del líquido cefalorraquídeo, que detectan incipientes modificaciones en el cerebro, unas alteraciones que, en algunos casos y por razones aún desconocidas, se traducen en un alzheimer. Esas determinaciones, explica el doctor Jordi Camí, director de la FPM, incluyen una tomografía por emisión de positrones (PET) y resonancias magnéticas del cerebro, así como una punción lumbar del líquido medular.

Uno de esos trabajos, realizado con 575 voluntarios, ha demostrado que las personas con mayor riesgo de desarrollar alzheimer -las portadoras de dos copias del alelo e4 del gen APOE-, tienen también mayores probabilidades de presentar anomalías vasculares en el cerebro. En consecuencias, han concluido que los factores de riesgo vascular cerebral -el sedentarismo, la hipertensión, la obesidad, la diabetes o el consumo de tabaco- tienen alguna relación con la aparicióin de la demencia de alzheimer.

No informan todavía

"Nuestro propósito es retroceder en la historia de la demencia de alzheimer, captarla antes de que se manifieste, porque en ese momento el cerebro ya es irrecuperable, es demasiado tarde -afirma Camí.- Esa etapa silenciosa nos puede informar de porqué unas personas mueren sin haber desarrollado los síntomas, aunque su cerebro sufriera alzheimer, y otras lo manifiestan". "Queremos llegar a experimentar fármacos innovadores cuando la persona aún no sufre síntomas", añade Camí.

Las investigaciones que la FPM desarrolla en la actualidad, a través del BarcelonaBeta Brain Research Center, que financia la fundación bancaria La Caixa, precisan de la participación de los citados voluntarios, pero estos no son informados de los resultados personalizados que proporcionan. "No somos partidarios de informar de unos riesgos contra los que en estos momentos no tenemos nada que ofrecer -advierte el doctor Camí-. Solo las personas en situación más arriesgada son puestas sobre aviso y se les ofrece alguna intervención médica".

La FPM, que cuenta con más de 15.000 socios benefactores, está presidida por Diana Garrigosa, esposa de Pasqual Maragall, y por su hija Cristina, ambas muy activas en la búsqueda de apoyo para las familias de los enfermos, y de financiación para los investigadores.

Gasto sobre las familias

"Recibimos decenas de llamadas de personas, asustadas, que acaban de recibir el diagnóstico de alzheimer para algún familiar -explica Cristina Maragall-. Nosotros las conectamos con alguna asociación de familiares, porque somos conscientes de la importancia de formar parte de una red de apoyo".

"Cuando el médico que diagnosticó a mi marido me informó de lo que tenía yo no sabía nada del alzheimer -recuerda Diana Garrigosa-. Me informé leyendo libros y libros, porque los médicos explican poco". "Aquél doctor -prosigue Garrigosa-, parecía desconocer que mi marido había sido alcalde de Barcelona y 'president' de la Generalitat. Me dijo 'su marido ha de dejar de conducir y no debe ir solo por la calle', y yo le dije, doctor, hace 30 años que mi marido no conduce su coche y raramente va solo".

La situación de las familias de enfermos de alzheimer es preocupante, advirtieron Garrigosa y Maragall. "Un 80% del coste de atender y cuidara un enfermo de alzheimer lo asumen las familias", asegura Cristina Maragall.