Es el principal delito de odio en España. El año pasado se registraron 573 casos de islamofobia, lo que significa un incremento del 106% respecto al 2015. El aumento ha sido imparable desde el 2014, fecha en la que se contabilizaron 49. Un grupo de seis jóvenes musulmanes (Kradra, Munir, Zak, Moha, Ramia y Cheikh), todos ellos nacidos en Cataluña, han decidido aportar su grano de arena para frenar este racismo creciente y explican, a través de dos canales de Youtube (Ramias Channel y La Familia TV), cómo se siente en la propia piel el rechazo, el desprecio y la discriminación de la gente que ha nacido en la misma ciudad y el mismo país que tú, pero que no te considera uno de los suyos. Todos ellos se han unido al grupo de trabajo #Aixoesracisme, de la entidad SOS Racisme.

Estos seis catalanes han participado en un vídeo en el que a través de cuatro historias reales (entrevista de trabajo, parada de autobús, escuela y mezquita) han invitado a la gente de la calle a comprobar cómo se perciben estas situaciones de odio con gafas de realidad virtual. La islamofobia se constata en insultos, ser parado constantemente en la calle y observado como un sospechoso terrorista. En definitiva, delitos de odio, penados con hasta cuatro años de cárcel. Las mujeres son las que se llevan la peor parte porque «se visibiliza que son musulmanas por el velo», afirma un portavoz de SOS Racisme. «El día a día es duro para ellas», aseguran entidades del Raval.

Las que llevan la cara tapada con niqab (velo que solo deja los ojos a la vista) sufren rechazo sobre rechazo. A oídos de las entidades llegan sus quejas: reciben empujones, oyen comentarios en voz baja y observan cómo escupen a su paso. Desde los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils del pasado mes de agosto, la situación se ha vuelto algo «más tensa» en comunidades como Cataluña.