El festejo del Toro de la Vega, reconvertido en la suelta de un astado por el campo sin muerte, se celebró ayer en Tordesillas con un herido de gravedad al resultar corneado en una fiesta que transcurrió sin incidentes de orden público. Una menor afluencia de público, la atenuación del dispositivo de seguridad y la total ausencia de protestas de organizaciones contrarias a la celebración de espectáculos taurinos han sido, en comparación con años precedentes, las notas características del Toro de la Vega 2017, el segundo sin lanceros y sin muerte en público tras la prohibición impulsada por la Junta de Castilla. El herido es un vecino de Málaga, que resultó corneado en el muslo izquierdo por Princípe, el astado del festejo.