El invento no es apto para personas realmente deprimidas a las que les ahoga la soledad. Una soledad que suele profundizarse cuando se acercan las fiestas navideñas, muy alegres para unos, bastantes negras para otros. Es precisamente la alegría el eje alrededor del cual gira una curiosa oferta de una empresa de espectáculos que en los últimos días está recibiendo una alud de reservas para su reclamo festivo: "Contrata a un familiar para Navidad".

No es un servicio social o de salud pública, sino un ingenio empresarial que surgió a raíz de la primera película de Fernando León de Aranoa, Familia (1997), en la que un hombre contrata a actores para ejercer durante un fin de semana de familia suya con cenas, discusiones, engaños y celebraciones incluidos. "La película me inspiró, pero luego me olvidé de la idea hasta que el año pasado me llamó un hombre que quería organizar una cena en familia. ¿Cuántos sois?, le pregunté, y me dijo que estaba solo", recuerda Daniel Aguirre, director de la Central de Espectáculos. Al final, unas 25 personas más se apuntaron a esa idea y se hizo una gran cena animada por seis actores que se desdoblaban para interpretar varios papeles: el tío de uno, la ex mujer de otro, la madre de otra.

PETICIONES VARIADAS

Ahora, la pequeña empresa barcelonesa repite la experiencia y desde que su oferta está llegando al público no deja de recibir llamadas. Las peticiones son muy variadas y no sólo se limitan a las típicas cenas de Navidad. Una chica que pide una madre para comprarse el vestido de novia, un hombre que quiere un viejo amigo para contarse batallitas de la mili, y un largo etcétera. Aguirre resalta la vertiente lúdica de la propuesta. "No es un servicio para gente que sufre una depresión, o cuya soledad es patológica. El actor no es un psicólogo. Por eso, pedimos bastante información al cliente. No aceptamos, por ejemplo, la petición de una señora de unos 45 años que quería un actor joven, alto y guapo para acompañarle a un teatro donde también iba a asistir su ex marido con su nueva mujer", explica.

Aun así, no siempre se sabe con qué o quién se van a encontrar, pero su plantilla de 12 actores no se suele enfrentar a asuntos desagradables. "La gente que nos llama es normal y busca algo alternativo. Lo que quieren es divertirse, pasárselo bien y ya está", según el empresario. Alquilar a uno de sus actores cuesta 210 euros (35.000 pesetas), y a cambio se ofrece un repertorio muy amplio. "Es una buena salida para los actores", dice.