Un trabajador falleció ayer y otro se debate entre la vida y la muerte por el derrumbe de un andamio y cinco forjados en las obras del Hotel Ritz, que dejó a 10 heridos más. El fallecido, de 39 años, era uno de los obreros que quedó atrapado entre los escombros, originario de Togo, en África occidental. Como explicó en el lugar del accidente el delegado de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Javier Barbero, había doce personas dentro de la obra.

De los once atendidos, cinco recibieron el alta en el lugar, cuatro de ellos menos graves y dos heridos graves. Los graves fueron trasladados por el Summa 112 y el Samur hasta el Hospital 12 de Octubre y al Gregorio Marañón, porque presentaban politraumatismos. De las cuatro personas que resultaron atrapadas, tres pudieron ser rescatadas ya por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid mientras que la cuarta estaba anoche localizada.

El jefe de Bomberos, Eugenio Amores, explicó que los propios trabajadores atrapados les habían ayudado «bastante» porque «aunque estaban enterrados se les oía gritar» y les han dirigido hacia donde tenían que realizar el trabajo, pudiendo rescatar a dos de ellos en tiempo «récord para la cantidad de escombros que tenían encima».

Se derrumbaron cinco forjados incluido bajo cubierta y se acumularon en la primera planta, según el jefe de Bomberos, que explicó que se encontraron «mucho escombro» y que es «demasiado tiempo para determinar las causas» que han podido originar el derrumbe. Los bomberos acompañan a la Policía Judicial, que se encarga de la investigación de lo ocurrido.

El hotel Ritz se cerró a finales de febrero del 2018 hasta finales del 2019 para someterse a una renovación por un importe de 99 millones de euros. La extensa reforma del edificio está dirigida por el arquitecto Rafael de La-Hoz, tenía la intención de mejorar las instalaciones y servicios del hotel, manteniendo su «carácter único».