Papá, ¿existe Santa Claus?"

Todos hemos formulado o escuchado esta pregunta en alguna ocasión. Nos hemos preguntado si el bonachón de las barbas blancas y las ropas rojas ribeteadas de armiño que visita las casas por Navidad existe realmente, o si se trata de un fábula que ha ido creciendo con el incansable e ilusionado esfuerzo de generaciones y generaciones de mujeres, hombres y niños occidentales.

Hay mucha gente que opina que Santa Claus existe. Y no son precisamente niños.

Cada año, la ilusión de Santa Claus, o Papa Noel, como se prefiera, estalla y se expresa de diferente manera según las familias y los países. La ilusión o la creencia en la existencia de Santa Claus es el reflejo de los mejores instintos que poseen los humanos. Y la Navidad es el momento en que esos instintos afloran en muchos casos empujados por la ilusión y en otros, por qué habría que ocultarlo, por el márketing.

Estos días, como sucede cada año desde tiempo inmemorial, miles y miles de niños preguntarán a sus padres sobre la verdadera identidad de Santa Claus. Muchos padres afrontarán la respuesta optando por la cruda realidad, en un intento de ser sinceros, cuando la verdad es que podrían optar por una respuesta igualmente sincera, pero cargada de intención.

Hace mucho, mucho tiempo, y para ser exactos, el 21 de septiembre de 1897, The Sun , un periódico de Nueva York, la raíz del renacido The New York Sun , publicaba la respuesta del diario a una carta enviada al director por una niña de 8 años que respondía al nombre de Virgina O´Hanlon. La pequeña, que vivía en el 115 Oeste de la calle 95, en el elegante Upper West Side de Manhattan, preguntaba algo tan elemental a The Sun como: "¿Existe Santa Claus?"

La carta de Virginia era muy corta, como corresponde a una niña, pero no por ello dejaba de ser comprometedora para el director del diario. Virginia escribió: "Estimado director: Tengo 8 años. Algunos de mis amiguitos dicen que Santa Claus no existe. Mi papá me ha dicho que: Si lo ves en el Sun es que existe. Por favor, dígame la verdad; ¿existe Santa Claus?".

Francis Pharcellus Church fue el editorialista al que le tocó responder a la niña. Durante más de un siglo, su texto ha sido una de las bases más sólidas para mantener viva la ilusión de Santa Claus en Estados Unidos y la perfecta inspiración para millones de padres comprometidos por las preguntas de sus hijos.

EL EDITORIAL DEL ´SUN´

Este año, como ha venido ocurriendo desde 1897, el texto de la respuesta de Church se reproducirá en muchos periódicos de EEUU. Internet está lleno de referencias a esta historia. Por su interés para los lectores de Diario CORDOBA, el que sigue es el texto íntegro de aquella respuesta de The Sun :

"Virginia, tus amiguitos se equivocan. El escepticismo de una época escéptica les ha afectado. Sólo creen lo que ven. Piensan que todo lo que no sea comprensible por sus pequeñas mentes no puede ser. Todas las mentes, Virginia, tanto si son adultas como infantiles, son pequeñas. En este gran universo nuestro, el hombre, su intelecto, no es más que un insecto, una hormiga, si se compara con el mundo ilimitado que tiene ante sí, si se mide por una inteligencia capaz de captar toda la verdad y el conocimiento."

"Sí Virginia, Santa Claus existe. Es tan cierto como que existen el amor, la generosidad y la lealtad; y ya sabes que abundan y le proporcionan a tu vida la mayor belleza y alegría. ¡Ay! ¡Qué triste sería el mundo si no existiera Santa Claus! Sería tan deprimente como si no hubiera Virginias. Porque entonces no conoceríamos la fe de los niños, ni la poesía, ni la fantasía que hace tolerable esta existencia. No podríamos disfrutar, excepto de lo que pudiéramos sentir y ver. Se apagaría la luz eterna con la que la infancia ilumina el mundo."

"¡No creer en Santa Claus! ¡También podrías no creer en las hadas! Podrías hacer que tu papá contratara a hombres que, en Nochebuena, vigilaran todas las chimeneas para atrapar a Santa Claus; pero aunque no lo vieran descendiendo por una de ellas, ¿eso qué probaría? Nadie ve a Santa Claus, pero eso no quiere decir que Santa Claus no exista. Las cosas más reales del mundo son aquellas que ni los niños ni los adultos podemos ver. ¿Has visto alguna vez a un hada bailando en un prado? Por supuesto que no, pero eso no prueba su inexistencia. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas del mundo que se mantienen ocultas o son invisibles."

"SANTA CLAUS ESTA VIVO"

"Rompe el sonajero y mira lo que produce el sonido en su interior, pero hay un velo que cubre el mundo oculto que ni el más fuerte de los hombres, ni siquiera la unión de la fuerza de todos los hombres más fuertes que hayan existido, podría romper. Sólo la fe, la fantasía, la poesía, el