Las autoridades indonesias elevaron al máximo la alerta, ordenaron evacuar a unas 100.000 personas y cerraron el aeropuerto, lo que ha afectado a 59.000 pasajeros, tras la erupción ayer del volcán Agung en la turística isla de Bali. El director de información de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNBP), Sutopo Purwo Nugroho, prevé que el número de evacuados pase de los 25.000 registrados el pasado domingo a entre 90.000 y 100.000 tras la erupción magmática, la primera desde 1963. «La erupción y los temblores han ocurrido de forma continua. Además, la lava sigue llenando el cráter y cuando rebose comenzará a deslizarse por la ladera. Hay posibilidades de una erupción mayor», indicó Nugroho en una rueda de prensa. El Centro de Vulcanología y Mitigación de Peligros Geológicos (CVMPG) elevó ayer al máximo el nivel de alerta de erupción y amplió la zona de seguridad a un radio de hasta 10 kilómetros alrededor del cráter.

Por su parte, el operador aéreo del aeropuerto internacional Ngurah Rai, PT Angkasa Pura, estimó que el cierre del aeródromo, que comenzó a las 07.00 hora local (11.00 GMT) y durará 24 horas, con revisiones cada seis horas, afectó a 445 vuelos y a unos 59.000 pasajeros. La secretaria corporativa de Angkasa Pura, Israwadi, apuntó en un comunicado que, de los vuelos afectados, 249 son nacionales y 196 internacionales.