Los habitantes de Europa, salvo lógicamente aquellos que proceden de migraciones recientes desde otros rincones de la Tierra, tienen sus ancestros remotos en tres linajes o comunidades humanas diferentes que poblaban el continente cuando los rigores de la glaciación empezaron a suavizarse, hace entre 10.000 y 8.000 años. En todos los individuos actuales es dominante una de las tres estirpes, pero al mismo tiempo en todos se aprecia una mezcolanza genética fruto de los incesantes cruces habidos desde entonces.

A esta conclusión ha llegado un estudio internacional que ha analizado el genoma de 2.345 personas de todo el mundo y lo ha comparado con el obtenido de diversos huesos desenterrados en tres yacimientos arqueológicos: un individuo de una comunidad agrícola que vivió en la actual Alemania hace 7.000 años y ocho cazadores-recolectores procedentes de Luxemburgo y Suecia y un poco más antiguos (8.000 años). El trabajo, coordinado por las universidades de Tubinga (Alemania) y Harvard (EEUU), cuenta con la participación de David Comas, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC) de Barcelona.

El primer linaje caracterizado en el estudio lo constituyen los herederos de los primeros humanos modernos que, a través del Cáucaso, empezaron a colonizar Europa hace unos 40.000 años. Eran pueblos nómadas con una movilidad limitada por las dificultades climáticas de la época.

El segundo grupo tiene su origen en Oriente Próximo hace 11.000 años. "El descubrimiento de la agricultura y la ganadería ocasiona una explosión demográfica que se consuma en migraciones masivas hacia el oeste", explica Comas. Se instalan por la mitad sur de Europa en sentido amplio, hasta Alemania, donde ya hay evidencia arqueológica hace 7.500 años. Lógicamente, las nuevas culturas traídas por estos pueblos se acabarían imponiendo y surgirían las primeras sociedades complejas.

LA GENTE DEL NORTE "La existencia de estos dos linajes ya se había propuesto, pero la gran novedad del estudio es que se propugna un tercer grupo", prosigue el investigador. El trabajo los llama escuetamente euroasiáticos del norte y se trata de nómadas siberianos que llegaron después de las primeras culturas agrícolas.

Analizando los genomas, resulta que todos los europeos actuales tienen ascendencia de los tres grupos ancestrales pero con proporciones diferentes: los europeos del norte tienen más huella de los cazadores-recolectores (los lituanos superan el 50%), mientras que los del sur tienen más de los primeros agricultores. La ascendencia euroasiática, finalmente, es el componente más pequeño puesto que nunca sobrepasa el 20%, pero se ha encontrado en casi todos los grupos estudiados.