Las mujeres de la Unión Europea (UE) trabajan los últimos dos meses del año de forma gratuita en comparación con sus colegas hombres debido a la brecha salarial, una diferencia entre el salario bruto medio a la hora entre ambos géneros que ya alcanza el 16,3% en los Veintiocho países comunitarios.

La Comisión Europea (CE) publicó ayer estas cifras, también desglosadas por Estados miembros, con motivo del Día Europeo por la Igualdad Salarial, que se celebra esta semana y marca el momento en el que, debido a la brecha salarial, las mujeres trabajan gratis hasta el final del año.

A nivel comunitario, esto implica que un 16,3% de los 365 días del año, 59 días, las mujeres dejan en la práctica de estar remuneradas al mismo nivel que sus compañeros hombres.

Los países con la brecha salarial más reducida son Italia, Luxemburgo (ambos con un 5,5%) y Rumanía, mientras que aquellos que registraron diferencias más profundas fueron Dinamarca (22%), la República Checa (22,5%) y Estonia (26,9%).

Los Estados miembros de la UE solo han logrado reducir la brecha en 1,4 puntos porcentuales respecto a la que se registró en el año 2006 en el bloque comunitario, del 17,7%.

La discriminación salarial persiste a pesar de que más mujeres europeas alcanzan estudios superiores que hombres (33% frente a 29% en 2016) y la tasa de desempleo femenina es 11,6 puntos porcentuales inferior a la masculina en los Veintiocho.

El vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans, y las comisarias europeas de Empleo, Marianne Thyssen, y de Igualdad de Género, Vera Jourová, anunciaron que la Comisión presentará «en pocas semanas» un plan de acción para combatir las diferencias salariales por cuestiones de género.

«Debemos avanzar urgentemente en este asunto persistente, que afecta a las mujeres y a nuestras sociedades en muchos otros aspectos: las mujeres todavía tienden a trabajar en sectores peor remunerados, tienen menos promociones y están infrarrepresentadas en puestos de gestión», declararon en un comunicado.

El informe revisa la aplicación del principio de igualdad salarial en cada país europeo, constata que «hay señales de que en toda Europa la discriminación salarial basada en el sexo sigue siendo un problema que no debe ser subestimado».

La CE apunta a varios factores que explican la existencia de esta brecha, como el hecho que los puestos de gestión y control están ocupados «en su inmensa mayoría2 por hombres, con menos de un 6% de mujeres en los puestos de directores generales.