Una mujer que estaba embarazada de siete meses se encuentra en estado crítico tras ser apuñalada por su pareja, en un ataque que acabó con la vida del bebé, según informó ayer la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y confirmaron fuentes hospitalarias. El agresor también se encuentra herido tras autolesionarse, pero el daño que presenta no reviste la misma gravedad que el de sus víctimas y los servicios sanitarios no temen por su vida. El suceso es un nuevo episodio de violencia machista que ha perturbado la tranquilidad en Nou Barris, que no acaba de creerse que el drama se haya trasladado a sus calles.

La pareja es de nacionalidad polaca y llevaba más de un año viviendo en la calle de Francesc de Bolòs, según el testimonio de José Manuel, que trabaja en la farmacia frente a la portería en la que se desarrollaron los hechos. A él acudieron en busca de ayuda unos transeúntes que habían encontrado a la mujer tendida en el vestíbulo de la portería, tras huir de su piso y de una muerte segura, según fuentes de la investigación.

La mujer, de 31 años, presentaba heridas en el cuello y en el pecho, de las que brotaba abundante sangre. «Llamamos al 112 y allí nos pedían que tratáramos de presionar en las heridas para que no perdiera demasiada sangre, pero había tanto flujo sobre su cuerpo que era muy difícil saber dónde tenía las puñaladas», recuerda José Manuel.

Los Mossos recibieron el aviso en torno a la una de la tarde, alertados de una pelea conyugal en un domicilio. Subieron hasta la casa de la pareja, donde el individuo, de 33 años e idéntica nacionalidad que la mujer, se había atrincherado a la espera de la policía. Los agentes consiguieron reducirlo y lo hallaron con heridas superficiales en el cuello tras haberse autolesionado.

La pareja no había llamado la atención del vecindario, más allá de que el hombre presentaba «una actitud un poco extraña», según la empleada de un comercio del entorno. El hombre no tiene antecedentes penales y no consta que se hubieran dictado órdenes de alejamiento contra él.

CONSTERNACIÓN / A pesar de no tener mucho contacto con la pareja, los vecinos se mostraron profundamente consternados por el inesperado suceso que, además, golpeó a una criatura todavía en estado de gestación. Tristeza, ira y desencanto que por momentos desembocaban en ataques furibundos a la actitud «de un tipo capaz de hacer algo así a su propia mujer, y encima embarazada».