La doctora Elisa Pinto ha asegurado a la juez que después de sufrir la segunda puñalada el 10 de abril de 2014 empezó a sentirse "totalmente vulnerable" y "con verdadero miedo" porque tenía la impresión de que no podía proteger a sus hijos.

Fuentes jurídicas han informado de la declaración de Pinto, que compareció durante tres horas como testigo este miércoles ante la titular del Juzgado de Instrucción número 39 de Madrid, Belén Sánchez, que investiga al empresario Javier López Madrid por supuesto acoso sexual, agresión y amenazas a la dermatóloga.

En un interrogatorio que las fuentes califican de "muy duro", Elisa Pinto relató que el acoso comenzó en octubre de 2013 cuando López Madrid sobrepasó unos límites más allá de la cordialidad y empezó a importunarla con llamadas, fotos de contenido sexual e, incluso, presentándose varias veces en su consulta y hasta en su casa, si bien ella en lugar de denunciar prefirió apartarse.

La doctora explicó a la juez que quería parar la relación pero que esta iba a más hasta que el 10 de diciembre de 2013 recibió "un primer toque" cuando López Madrid la visitó en su consulta acompañado supuestamente del letrado Rafael Redondo, una persona que Pinto dice no haber conocido este miércoles en Plaza de Castilla, ya que asegura que no le había visto en la vida, pues sostiene que fue el comisario jubilado José Villarejo quien acompañó aquel día al empresario.

Ella se fue a ver a un abogado que le definió la visita de López Madrid como "una prueba diabólica" ya que difícilmente ella se podía defender de algo que no ha sucedido, en relación a las advertencias del empresario a Pinto para que le dejara en paz, "simulando que el acosado era él", añaden las fuentes.

"Segundo toque"

Ya el 13 de enero de 2014 cuando fue acuchillada en el hombro por una persona que se introdujo en la parte trasera de su coche; Elisa Pinto interpretó esta agresión como "un segundo toque" para no denunciar el acoso.

Hasta que se produjo la segunda puñalada el 10 de abril de 2014 en presencia de su hijo. Aquí es cuando empezó a sentir "verdadero miedo" y a darse cuenta "de lo vulnerable que era", señaló a la magistrada.

"No podía proteger a mis hijos", dijo la dermatóloga, que temía que en algún momento a alguien se le pudiera ir la mano con sus hijos. Desde entonces dejó de conducir y de salir sola.

Elisa Pinto explicó que los mensajes amenazantes se prolongaron durante 10 meses hasta el verano de 2014 y que López Madrid debía tener "una sucursal de tarjetas prepago" para acosarla.

Cuestionada por las defensas de Villarejo y López Madrid, la doctora defendió así su relato: "Nunca he denunciado nada de lo que no tuviera seguridad".

No reconoció al letrado Rafael Redondo

Tras ella compareció el letrado Rafael Redondo, quien al igual que en su declaración ante el Juzgado 26, que instruye una denuncia cruzada de López Madrid a Pinto, ofreció una descripción física de la consulta que no tiene nada que ver con la realidad, lo que pone en entredicho que fuera él la persona que acompañó en diciembre de 2013 al empresario.

En concreto, manifestó que la consulta estaba en un piso alto y que subió en ascensor, cuando la oficina está en una entreplanta. No recordó si había una recepción ni cómo vestía Pinto.

Aun así defendió que fue él quien estuvo junto a López Madrid en la consulta, si bien la doctora no le reconoció en los pasillos de Plaza de Castilla. "Este hombre no ha estado nunca en mi despacho", precisó.