La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) recibió ayer el significativo aval a los escraches del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner. Y también logró el compromiso del Parlamento europeo de estudiar las quejas de la PAH sobre la ley hipotecaria española y sus propuestas para encontrar una salida a las decenas de miles de familias atrapadas en unas deudas que no podrán devolver después de haber perdido su vivienda y sus ahorros.

Moliner, el máximo representante del sistema judicial español, dio un espaldarazo a los escraches de la PAH frente a los domicilios de diputados del PP. "En tanto no sean violentos, que no lo son, me parecen un ejemplo de libertad de manifestación; si invadieran la intimidad o afectaran a los derechos fundamentales de las personas, serían rechazables", declaró. Los tribunales deberán pronunciarse en breve sobre las demandas interpuestas por varios parlamentarios conservadores que consideraron las protestas frente a sus casas como "acoso" e "intimidación".

La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, aunque ayer no asoció el escrache al nazismo como hizo días atrás, insistió en que se trata de una "actitud totalitaria y fascista", y lo hizo tras definir de este modo el escrache: "Ir a casa de alguien, decirle sé dónde vives, aporrear la puerta de su domicilio, maltratar e insultar a sus hijos, llamarle asesino y violentar el sentido del voto".

Siguiendo la táctica de negarle condición democrática a las protestas de la PAH, el presidente Mariano Rajoy calificó de "populistas" las propuestas de la plataforma y de "antidemocráticas" sus manifestaciones.