El papa Francisco llegó ayer a la playa de Copacabana para oficiar la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, a la que asisten unos tres millones de jóvenes de todo el mundo y tras la cual anunció la ciudad que acogerá el próximo encuentro mundial de la juventud católica.

A la misa asistió la presidenta de Brasil, Dilma Russeff, y también los jefes de Estado de Argentina (Cristina Fernández), Bolivia (Evo Morales) y Surinam (Desire Bouterse), según informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Al termino de la misa, Francisco los saludó brevemente, según precisó Lombardi, que subrayó que será un sencillo saludo y que no se abordarán temas de Estado. Concelebraron con el Papa 60 cardenales, 1.500 obispos y 11.000 sacerdotes. Durante el ofertorio, el Papa acogió a una niña muy pequeña que nació sin cerebro y que aún vive, cuando normalmente estos niños fallecen casi inmediatamente.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, informó que los padres de la niña la llevaron a la misa que ofició el sábado Francisco en la catedral de Río de Janeiro y la presentaron al Papa y éste pidió que ayer fuera llevada en el ofertorio, como señal de la ofrenda a Dios de la vida.

Al final de la misa, el Papa entregó a cinco pareja de jóvenes, representantes de los cinco continentes, una pequeña reproducción del Cristo Redentor, símbolo de Río de Janeiro, y un libro de plegarias.

El pontífice llegó a Copacabana en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo, de cuatro kilómetros de largo.

Al igual que los pasados días, decenas de miles de jóvenes le acompañaron durante el recorrido, corriendo por la arena y el paseo marítimo.

Francisco se detuvo en numerosas ocasiones, para saludar a los presentes, besar niños e incluso tomó mate que le ofrecieron unos jóvenes argentinos.

Esta misa, al igual que la vigilia de la pasada noche del sábado, iba a celebrarse en Guaratiba, a las afueras de la ciudad, pero debido a las lluvias caídas en los últimos días en Río de Janeiro, convirtieron el lugar en un lodazal y se decidió cambiar por Copacabana.

En la playa de Copacabana se celebró la ceremonia de bienvenida oficial al papa, el pasado jueves, el Vía Crucis del viernes y la vigilia del sábado, sábado. Ayer Copacabana es el Campus Fidei, campo de la fe, de la JMJ, nombre que se había dado al recinto de Guaratiba.

Tres millones de católicos que abarrotaban la playa carioca de Copacabana bailaron al unísono una coreografía en homenaje al Papa Francisco antes de la misa de cierre de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.

Sacerdotes, obispos, religiosos y la multitud de personas que ocupa la arena, muchas de los cuales pernoctaron allí mismo al raso, realizaron los pasos sencillos levantando brazos y saltando.

SIN MIEDO // El papa Francisco pidió a los jóvenes católicos que "no tengan miedo" y que anuncien el Evangelio por todo el planeta, "ya que el mundo tiene necesidad de Cristo".

El Pontífice hizo esta petición durante la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, que ofició en la playa de Copacabana y a la que asisten unos tres millones de jóvenes de todo el mundo, según fuentes municipales locales.