En sus Revelaciones de la naturaleza, publicado en 1870, el escritor y naturalista británico J. G. Woods escribió que para los aborígenes australianos «un eclipse solar o lunar se percibe como una terrible calamidad, con toda certeza el preludio de la enfermedad o la muerte». Tanto ellos como otras civilizaciones ancestrales interpretaron los eclipses como una inquietante perturbación del orden natural de las cosas, un mal presagio de lo que estaba por venir. Los mayas de Mesoamérica trataron de conjurarlos con sacrificios humanos y los chinos dedujeron que aquella subrepticia ocultación del sol era una señal de que el emperador, con su naturaleza parcialmente divina, había hecho algo mal.

Hoy la ciencia deja poco espacio para las especulaciones. Los eclipses son una oportunidad para difundir la astronomía y hacer caja con un espectáculo que sigue ensimismando a los humanos. Hoy, millones de personas en todo el mundo estarán pendientes del cielo para contemplar cómo la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra en el que se espera que sea el eclipse más visto de la historia. Estados Unidos tendrá una butaca privilegiada porque será allí, en una franja de 115 kilómetros de anchura (la sombra de la Luna sobre la Tierra) que se desplazará de costa a costa, desde Oregón hasta Carolina del Sur, donde el eclipse será total. Para los estadounidenses será la primera vez que esto sucede en 99 años; el Gran Eclipse Americano, lo han bautizado.

UNA OCASIÓN ÚNICA / «EEUU solo cubre un 2% del globo, de modo que tenemos muy pocos eclipses», dijo a la CBS Mathew Penn, astrónomo del Observatorio Nacional Óptico de Astronomía, que pretende fotografiar el fenómeno desde 68 puntos distintos del país. «Tener uno que atraviesa todo el país es una oportunidad sin precedentes. Será un día estupendo, y lo mejor es que no puede estar nublado en todas partes». En otras áreas del país se apreciará un eclipse parcial. Lo mismo que en Canadá, Centroamérica, el norte de Sudamérica y Europa.

Más de 200 millones de estadounidenses viven a menos de un día de viaje en coche de la trayectoria del eclipse total, que atravesará 14 estados. Solo en Oregón -donde el eclipse parcial comenzará a las 9.07 de la mañana hora local, una hora y trece minutos antes de que la Luna cubra completamente el Sol para dejar al descubierto la corona solar, el aura iridiscente de su atmósfera- se esperan más de un millón de visitantes. Los dispensarios de marihuana del estado, donde es legal desde el 2015, están haciendo su agosto. Las ventas se han disparado. La ocultación total del Sol durará un máximo de dos minutos y 40 segundos, pero muchos pretenden alargar el viaje con psicotrópicos.

A lo largo de todo el recorrido del eclipse se han organizado eventos para sacar punta al espectáculo, algo que los estadounidenses hacen mejor que nadie. En la reserva india de los arapahoe (Idaho) se han montado cinco días de música, gastronomía autóctona y danzas del sol. En Saint Joseph (Misuri) está en marcha el Eclipse total de las artes, el mayor festival de arte y música organizado nunca en esta pequeña ciudad de 70.000 habitantes.

Los cielos más despejados se esperan en la región oriental de las Montañas Rocosas. Sus parques nacionales ya están hasta arriba de gente. Zonas naturales como el Grand Teton o Yellowstone, que, según el Servicio Nacional de Parques, vivirá «el día más concurrido de su historia». En anticipación del tráfico, las autoridades han recomendado a los visitantes que llenen el depósito de gasolina del coche y lleven suficiente agua y comida para hacer frente a las esperas.

Durante los menos de tres minutos que dure el eclipse total caerán las temperaturas y se verán algunas de las estrellas más brillantes del firmamento. Un velo de oscuridad peinará los campos, aunque según los expertos, el cielo se tornará más azul que negro. En la mitología nórdica será el momento en el que dos lobos celestiales se coman el Sol. Para los viejos astrónomos chinos, el instante en que el dragón devora la fuente de la vida.

En España podrá disfrutarse poco de este fenómeno, donde se verá de forma parcial y solamente al final coincidiendo con la puesta de sol. Desde España solo podrá observarse una especie de «mordisco» que causará la interposición de la Luna delante del Sol.