Michel Robillard es una especie de Geppeto. Este ebanistajubilado francés no talla niños de madera, sino coches clásicos a escala. En su taller de cerca de Loches, en el centro del país, tiene una amplia colección; es casi un museo. Pero la joya de la corona es sin duda su Citroën 2CV, que está a punto de obtener la certificación de las autoridades francesas para salir a comerse la carretera.

La réplica exacta del mítico modelo de Citroën le ha llevado a Robillard seis años de darle al serrucho y a la garlopa. El trabajo del francés -totalmente de chinos- no solo incluye la carrocería del coche, también su interior, asientos incluidos (en realidad un banco con cojines para descansar las posaderas).

Su trabajo ha causado admiración, y pronto expondrá hasta en un museo, en Italia. También se le han acercado amantes del motor y coleccionistas interesados en pagar por su 2CV de madera.

ESTE VERANO, EN LA CARRETERA

Según las previsiones del carpintero de ojos azules y barba blanca, su réplica de un Citroën 2CV de 1953 echará a rodar sobre el asfalto el próximo verano.

Robillard, que se sacude el serrín desde los 14 años, puso en marcha su sueño en el 2011: quería hacer un coche de tronco de árbol a escala 1 y que, además, pudiera rodar. Hoy por hoy, su pieza es única en el mundo.

DIFERENTES TIPOS DE MADERA

El auto singular está fabricado con diferentes tipos de madera: deperal (marcos), de manzano (capó), de nogal ( volante), de cerezo(puertas), de olmo (cuadro de instrumentos), según le ha contado Robillard a la agencia AFP.

¿Y el motor? Bueno, no fue posible seguir el modelo original. "He trabajado con el chasis del Dyane 6 de 1966 y un HP del motor del CV3, ya que la madera es más pesada que la estructura de metal. ¿Y el calor del motor? Sin problemas, Robillard lo ha aislado del capó con una protección térmica.

"Las ruedas y los faros son originales, pero los tapacubos son de madera, como los asientos", ha explicado el ebanista.

"Quería hacer un objeto que perdurara más allá de mí. Estaría encantado si alguna vez mi Citroën se exhibe en algún museo", ha dicho el jubilado. Lo máximo, confiesa, sería que su insólito coche saliera en un anuncio o en una película".

OTRAS JOYAS DE SU TALLER

Desde finales de los 90, ha venido tallando modelos a escala 1:10 del 4CV, del 'escarabajo' de Volkswagen de 1949 o un Bugatti Real de 1936, por cietar varios ejemplos. En su taller también muestra orgulloso otra joya: una Harley Davidson. Para hacerse una idea, para acabar una rueda con su llanta de 20 milímetros Robillard tarda un día.

Museos como el de Maranello de Italia ya han contactado con esteGepetto francés, ilusionados por tener en sus vitrinas la miniatura de madera del Ferrari de Michael Schumacher.