Este lunes han acabado las vacaciones para muchos y toca volver al trabajo, el colegio y la rutina. Y buena parte de esos 'exociosos' -un 67,91%, según un estudio de la empresa española de I+D+i Aora Health- sufre o sufrirá el llamado estrés posvacacional, que consiste en no adaptarse de forma correcta a esa rutina.

Las personas más propensas a tener este síndrome son los que tienen menor tolerancia a la frustración, los menos resilientes, los que disfrutan de unas largas vacaciones y los que vuelven a un entorno laboral hostil.

UNO DE CADA TRES TRABAJADORES SUFRE O SUFRIRÁ EL SÍNDROME

Uno de cada tres trabajadores está sufriendo o sufrirá el síndrome posvacacional al reincorporarse al trabajo tras el verano, según un informe de Adecco, en el que se señala que del 66% restante, una parte importante padece o padecerá un cuadro de fatiga o estrés directamente vinculado a su incorrecta adaptación al orden y la rutina tras las vacaciones. Los síntomas de este síndrome son diversos y dependen de cada persona, aunque los más habituales son la apatía, el cansancio, la falta de energía, la dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo, estrés o incluso tristeza. Adecco ha indicado que existen casos extremos en los que el trabajador puede experimentar ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general, aunque afectan a una minoría. Los casos más leves reflejan dificultades durante dos o tres días, aunque es habitual que los síntomas se alarguen hasta dos semanas, que es la duración media de adaptación del organismo, aunque los casos más extremos podrían durar meses.

Para evitar experimentar este síndrome, los expertos recomiendan una serie de pautas:

1. Regresar a la vivienda habitual unos días antes de empezar a trabajar, para prepararse física y mentalmente y volver a la actividad laboral y a la rutina con una actitud positiva.

2. Volver a los horarios laborales habituales unos días antes de empezar a trabajar, para ir acostumbando al cuerpo y el organismo.

3. Empezar a trabajar a mitad de semana, para que no se haga tan larga y se tenga un comienzo progresivo.

4. Priorizar las tareas pendientes y organizar el trabajo de los primeros días. Es habitual llegar y tener trabajo atrasado, correos electrónicos por contestar... y que eso genere angustia.

5. Intentar empezar por las tareas más gratas y menos difíciles.

6. Aprovechar los fines de semana para seguir haciendo actividades lúdicas y no desperdiciar los ratos de descanso.

7. Dividir las vacaciones a lo largo del año. Las personas que no fraccionan sus vacaciones son más proclives a desarrollar el síndrome posvacacional.

8. Intentar dar buen ambiente al lugar del trabajo, poniendo a la vista algún recuerdo de las vacaciones u ordenando el escritorio.

9. Evitar, en la medida de lo posible, llevar trabajo a casa, porque genera altos niveles de estrés.

10. Adquirir o readaptarse a los hábitos saludables de alimentación, sueño y descanso y práctica de deporte de forma regular.

Finalmente, si el síndrome persiste más allá de lo habitual, los expertos recomiendan someterse a terapia psicológica para aprender a gestionar las emociones y conseguir que la apatía y los sentimientos de tristeza desaparezcan.