Los vecinos de Isla Mayor (Sevilla), un pequeño municipio en la ribera del río Guadalquivir, llevan días en estado de choque tras conocer que la mitad de la plantilla del cuartel de la Guardia Civil, empezando por el sargento, está detenida por narcotráfico. La operación, que se ha saldado con seis detenciones, fue ordenada por la Audiencia Nacional y aún continúa abierta, aunque se da por desarticulada la organización dedicada al narcotráfico mediante lanchas neumáticas.

Los agentes arrestados están siendo investigados por delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, omisión del deber de perseguir el delito, cohecho, revelación de secreto y contra el patrimonio. La investigación llevaba tiempo desarrollándose, pero no fue hasta el hallazgo hace unos días de un alijo de 1.600 kilogramos de hachís cuando se desencadenó la fase final. En ella se movilizó a agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid ante la sospecha de la implicación de agentes corruptos de la zona. Las pesquisas desembocaron en una redada llevada a cabo el pasado lunes con una veintena de efectivos y helicópteros sobrevolando un municipio que no salía de su asombro en plena resaca de las fiestas de Año Nuevo.

La operación, que ha estado dirigida por el Juzgado Central 3 de la Audiencia Nacional y se ha desarrollado también en la provincia de Zamora -donde residía la familia de uno de los agentes-, se saldó con la detención de dos vecinos de Isla Mayor y cuatro agentes de los ocho con los que cuenta la Benemérita en la localidad, entre ellos el sargento que estaba al mando del cuartel. El jefe del destacamento, supuestamente, habría facilitado la entrada de droga a través de los canales del río con la ayuda de sus tres subordinados también detenidos. Los agentes se han incautado de momento de 50 fardos de hachís, dinero en metálico, munición y varios vehículos (algunos de ellos sustraídos, según fuentes policiales), así como de material informático y embarcaciones.