Mossos d'Esquadra de la Unidad de Investigación de la comisaría de L'Hospitalet de Llobregat detuvieron el pasado 4 de agosto a un hombre que se hacía pasar por vidente como presunto autor de dos delitos de estafas a dos personas de Barcelona.

El hombre, de 32 años, vecino de Terrassa y de origen guineano, ofrecía supuestos rituales contra el mal de ojo, la impotencia y los problemas emocionales.

Un vecino de Barcelona denunció a comienzos del 2016 que había sido estafado por un supuesto vidente por un valor de 80.000 euros. El hombre, que se encontraba pasando una mala época en el ámbito personal, había contactado con el supuesto vidente que se anunciaba mediante papeles publicitarios en la calle y a los buzones de las casas.

El denunciante concertó varias sesiones, cada semana o cada dos semanas durante un año, en un piso de L'Hospitalet de Llobregat, en las cuales le pedía entre 500 y 900 euros por cada sesión. Pasado un tiempo y cuando se ganó su confianza, el falso vidente lo convenció para que retirara del banco todos sus ahorros, unos 52.000 euros, los metiera en bolsas y le permitiera hacer un ritual para purificarlos. Una semana después, el hombre abrió las bolsas y se dio cuenta que le había cambiado el dinero por papeles.

VARIAS IDENTIDADES

Los agentes comenzaron a investigar la identidad del falso vidente, las cuales inicialmente resultaron de especial complejidad, puesto que este ocultó su rostro en todas las sesiones que concertó con la víctima. Los investigadores se centraron en el estudio otras informaciones y material aportado por la víctima en relación con los rituales.

Otra denuncia similar de una vecina de Barcelona les puso sobre la pista del hombre. La mujer, que también había contactado con un vidente por folletos repartidos en la calle, denunció que le habían estafado 6.500 euros.

Los agentes localizaron el sospechoso, que utilizaba varias identidades, en L'Hospitalet de Llobregat y le detuvieron. El juez decretó su ingreso en prisión provisional.

La investigación continúa abierta y los agentes temen que el número de víctimas pueda ser mayor.