Ocultos y con una nueva vida en una caseta de obra en una finca malagueña. Así localizó hace unos días la Guardia Civil a un matrimonio británico prófugo que huyó de Mallorca tras sercondenado por prostituir a sus hijas menores a cambio de dinero para pagarse el hostal donde residían. Sobre la pareja pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega por abusos sexuales a menores. Sus hijos se encuentran bajo tutela de la administración balear.

Los detenidos son T.L.D. de 54 años de edad y B.S.D. de 59 años, que tras pasar a disposición judicial han ingresado en prisión en cumplimiento de la sentencia de la Audiencia provincial de Mallorca que los condenaba a ocho y 10 años de prisión respectivamente como cooperadores necesarios de tres delitos de abuso sexual a menores, que en aquellas fechas tenían 12 y 13 años.

Los hechos se remontan al 2010, cuando el matrimonio no solo consintió que el dueño del hostal en el que se encontraban alojados abusara sexualmente de las menores, sino que incluso las incitaba para que se dejaran tocar por el hombre, de 78 años, a cambio de no pagar el alojamiento en el edificio. La pareja tenía ademásotros tres hijos, cuya custodia estaba retirada, estando bajo tutela de la administración balear desde que en el 2009 declarara su situación de desamparo.

ESCAPE DEL CENTRO DE MENORES

La situación se prolongó durante varios años. En el caso de la más pequeña, que aún convivia con sus progenitores, el hombre la sometia a tocamientos en los genitales y besos, aunque ella lograba zafarse y huía, según la sentencia. El fallo señaló, además, que una de las dos niñas, cuando ya contaba 15 años, en multitud de ocasiones sefugaba de los centros de acogida en los que residía o bienaprovechaba los permisos para acudir al establecimiento turístico para visitar a sus progenitores, que le habían contado que la extrañaban.

Una vez allí, los tocamientos continuaban, y una de las veces fue violada por el dueño del hostal, después de que la madre le explicara que la chica tenía que ayudarles a sobrevivir y que debía satisfacer al dueño del establecimiento ya que él les dejaba vivir allí.

Tras la sentencia, dictada en enero del 2016, la pareja se dio a la fuga para evitar la prisión y se refugió en un pueblo de Málaga, donde existe una amplia colonia de compatriotas. Durante todo este tiempo, el matrimonio hizo vida en un contenedor habilitado como caseta de obra ubicado en una finca agraria a las afueras de Cártama. Allí fueron localizados por los agentes después de meses de búsqueda. En la operación han participado agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Málaga y de Baleares.