Julio ha sido en EEUU el Mes Nacional de Cortesía Móvil, pero a más de uno no parece haberle calado la idea que Jacqueline Whitmore, una experta en etiqueta, puso en marcha en el 2002. Desde luego no la debía tener en mente Nick Silvestri, un universitario de 19 años, cuando el pasado 2 de julio se fue a Broadway a ver la obra Hand to God y, segundos antes de que empezara la función, pensó que podía aprovechar el único enchufe que tenía a la vista para recargar su móvil. La instalación, pequeño detalle, estaba en el escenario --y para colmo era parte del atrezo--.

Personal de seguridad desenchufó el aparato y se lo devolvió, pero la cosa no acabó ahí. Una de las actrices tuiteó un par de días después lo ocurrido, en YouTube se colgó un vídeo y se montó tal revuelo que Silvestri convocó una rueda de prensa para explicarse. "No era consciente de que el escenario estaba vetado".