La depresión es una alteración del estado de ánimo que se caracteriza por una profunda tristeza y alteraciones afectivas. Se prolonga durante semanas y afecta de forma global al estado de la persona. Cualquier persona es sensible a poder padecer esta enfermedad, pero no siempre es fácil detectarla.

En mujeres embarazadas también aparecen alteraciones mentales. Pero, ya que el embarazo puede suponer un factor de estrés y conlleva una serie de cambios hormonales, puede llegar a enmascarar la depresión que hay detrás. Por eso, un buen diagnóstico puede salvaguardar la salud física y mental tanto de la madre como del futuro bebé.

DEPRESIÓN EN EL EMBARAZO

La depresión clínica es un trastorno en la alteración del estado de ánimo que se presenta de forma global, sin tener realmente una subcategoría destinada a otros factores, como el embarazo. Sí presenta unos síntomas más particulares y puede tener su causa en el mismo embarazo.

Los trastornos del estado de ánimo pueden tener factores tanto personales como biológicos involucrados en su desarrollo. Por eso, los procesos hormonales pueden alterar los procesos químicos del cerebro y propiciar la aparición de ansiedad o depresión. Y, por otro lado, el embarazo en sí genera un cambio psicológico, familiar y de pareja que puede también aumentar el riesgo de desarrollar alteraciones mentales.

SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN

Los síntomas centrales de una depresión pueden verse ocultos por los que de por sí conlleva un embarazo. La fatiga persistente o los problemas de sueño son muy comunes durante la gestación. Pero cuando se mezcla con la tristeza o aparece desinterés en el ocio o las actividades de disfrute, podemos estar frente a una alteración del estado de ánimo.

Si durante dos semanas o más, una mujer presenta cinco de los siguientes síntomas durante todo el día, puede existir un trastorno depresivo:

Tristeza durante la mayor parte del día.

Cansancio o fatiga.

Falta de interés en las actividades diarias y en el ocio.

Mal humor, irritación o nerviosismo.

Falta de concentración.

Alteraciones de sueño.

Alteraciones en la alimentación.

Pensamientos catastrofistas o, incluso, de muerte.

RIESGOS DE DEPRESIÓN

La depresión es un trastorno más frecuente en mujeres que en hombres, con una aparición en la juventud y, en ocasiones, relacionado con los embarazos, ya sea durante o después. Aunque no se debe a una cuestión biológica, sí el rol femenino respecto a la sociedad puede someter a una mayor presión que acaba desencadenando un trastorno. Esto se agudiza también en la gestación.

La depresión aparece por una combinación de factores, tanto neurológicos como sociales. Es aquí donde podemos ver cuáles de estos factores son de riesgo a la hora de sufrir una depresión en el embarazo.

1. Estrés significativo

Cualquier acontecimiento que pueda provocar un aumento de la ansiedad, como problemas económicos, muerte de un familiar o la pérdida de trabajo.

2. Embarazos no planificados

Quedarse embarazada sin haberlo planeado puede ser motivo suficiente para que el estrés desencadene una depresión.

3. Historial de depresión

Tanto si ha ocurrido a nivel familiar como si ha sido la persona quien ha tenido anteriormente depresión, puede ser un factor de riesgo para que aparezca durante el embarazo.

4. Problemas familiares

Una mala relación de pareja o problemas con los hijos anteriores pueden precipitar el desarrollo de depresión.

La depresión es una de las complicaciones más frecuentes durante un embarazo. Aun así, al tratarse de un problema de salud mental, solemos tener dificultades a la hora de identificarlo y hablar de ello. Su mal desarrollo tiene un impacto directo sobre la gestación y sobre la madre, por lo que se debe encontrar un tratamiento en la mayor brevedad posible.