Las Unidades de Valoración Integral de la Violencia de Género de los institutos de Medicina Legal, cuya implantación en Andalucía fue pionera a nivel nacional, cumplen diez años de atención a las víctimas a través del análisis y valoración conjunta del entorno y el núcleo familiar y social de cada caso.

Creadas en el 2005 a raíz de una disposición adicional de la Ley Integral contra la Violencia de Género, estas unidades surgieron con el objetivo de prestar un tratamiento integral contra la violencia machista con la implicación de forenses, psicólogos y trabajadores sociales, de modo que la valoración no se limitara a analizar las secuelas de la víctima, sino su entorno, incluido el agresor.

El Instituto de Medicina Legal de Granada lideró en su día en Andalucía el grupo encargado de establecer los protocolos de actuación, labor que recayó sobre su entonces director, Miguel Lorente, y la actual, Nieves Montero de Espinosa.

En una entrevista con Efe, la directora del Instituto de Medicina Legal ha explicado que la valoración integral incluye, además de a la víctima, al agresor y a los menores en caso de que los haya, aunque estos últimos no siempre son susceptibles de evaluación.

"Depende de la situación y de si (valorar al menor) es realmente relevante, porque a veces podemos causarle un trauma", ha indicado. Inicialmente surgieron con la idea de valorar exclusivamente a la víctima: "Pero nos dimos cuenta de que el espíritu de la ley era la valoración integral del núcleo familiar, incluso del contexto social, que muchas veces determina la peligrosidad y la necesidad de tomar medidas de alejamiento o protección", señala.

El hecho de que cada caso sea objeto de una valoración integral no significa que deban actuar de manera conjunta los psicólogos, forenses o trabajadores sociales, lo que dependerá de cada caso.

"Lo que sí está claro es que siempre que haya una violencia habitual debe derivarse a la Unidad de Valoración Integral de la Violencia de Género para que el equipo completo intervenga", según la directora del Instituto de Medicina Legal de Granada.

Cuando las secuelas son psíquicas, lo habitual es realizar entrevistas y estudios de personalidad tanto al agresor como a la víctima para detectar "elementos característicos que definirían una relación de violencia", lo que no siempre es tan fácil. "Hay quien, por su personalidad, es víctima de la violencia pero no presenta sintomatología de estar padeciéndola porque tiene recursos personales que le hacen superarlo más fácilmente, si bien hay personas que por su mayor vulnerabilidad sí la evidencian", explica.

Las Unidades de Valoración Integral de la Violencia de Género siempre abordan casos ya judicializados, salvo que se trate de una denuncia anónima. En ese caso se deriva a la Fiscalía para la apertura de diligencias de investigación, que se llevan a cabo de forma secreta.

POLICIA LOCAL El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha planteado, por su parte, que las policías locales también tengan un papel en la lucha contra la violencia de género, en los casos de víctimas con "bajo o nulo riesgo". Cosidó, en una mesa redonda en Valladolid, ha reflexionado sobre el "papel fundamental" de la Policía Local en esos casos de bajo riesgo de forma que "los recursos más especializados de la Policía Nacional y la Guardia Civil puedan proteger a las víctimas de grado más grave".