La ciudadana española María José Carrascosa afirmó ayer que en las últimas horas ha vivido "una acumulación de sensaciones" y ahora le toca retomar su propia vida para superar casi nueve años que ha estado encarcelada en EE.UU.

Carrascosa salió ayer en libertad condicional de un penal de la ciudad de Hackensack, en el estado de Nueva Jersey, donde quedó detenida en 2006 por un litigio legal con su expareja ligado a la custodia de su hija.

"Tengo un montón de cosas por hacer (...); tengo que ponerme los zapatos de mi vida. He llevado los zapatos de una vida que no era la mía", dijo Carrascosa en una entrevista poco después de salir del penal.

La abogada española lleva luchando con la justicia de Estados Unidos desde que en 2004 se separó de su marido, Peter Innes, y comenzó una batalla legal en España y en este país por la custodia de su hija, Victoria.

Se llevó a su hija a España en enero de 2005, tras separarse de Innes un año antes, pero después de regresar a Estados Unidos, en agosto de 2006, quedó detenida y acusada de desacato a la autoridad y secuestro.

Fue condenada a 14 años de prisión en diciembre de 2009, y en varias ocasiones intentó conseguir la libertad condicional, que sólo fue concedida ayer por un tribunal de la ciudad de Hackensack.

Carrascosa, con ropas recién compradas para reemplazar el chándal con el que había salido de la cárcel, habló en un estacionamiento de un centro comercial poco después de tener el primer contacto con su hija Victoria, de 15 años.

"Hemos estado llorando las dos como dos Magdalenas", agregó, y dijo que tenía unas "ganas increíbles de darla un abrazo".

"Está ya más alta que yo", añadió, al recordar que cuando quedó presa en Estados Unidos su hija tenía seis años.

"Mi idea es volver a España, reunirme con mi hija y mis padres, y allí Dios proveerá", declaró.

Reconoció, no obstante, que aún hay trámites legales que resolver antes de que las autoridades estadounidenses le permitan salir del país.

La Justicia española llegó a retirar el pasaporte a Victoria al inicio del litigio, y aunque ahora pueda viajar, su presencia en Estados Unidos, en el momento actual del pleito legal, aún abierto, "sería extremadamente peligroso".

Carrascosa tiene fe en que pueda resolverse todo en un mes, aunque prefiere no dar muchos detalles sobre los trámites que están pendientes en tribunales. "Se cerró una puerta, pero se abrieron cincuenta", afirmó una emocionada abogada tras salir de la cárcel que, durante un periodo cercano a los nueve años, fue su hogar.