Carlos Osoro tomó ayer posesión como nuevo arzobispo de Madrid con la celebración de una eucaristía en la catedral de la Almudena en la que reivindicó el "diálogo" y la "cultura del acuerdo". "Os invito a descubrir juntos cómo pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera, ya que la salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia", dijo Osoro a los fieles en su primera homilía como Arzobispo de Madrid.

En sus primeras palabras como máximo responsable de la Iglesia madrileña, Carlos Osoro, que sucede a Antonio María Rouco Varela, recordó que la ciudad de Madrid acogió a su familia -"aquí se conocieron mis padres"- y ahora le acoge a él, y mostró su deseo de que la capital española siga siendo "un lugar de encuentro, de acogida, de promoción de todo ser humano".

Su discurso, dirigido especialmente a los laicos -"sois mayoría en la Iglesia"- reivindicó "la civilización del amor" y "la cultura del encuentro", y se mostró convencido de que "vale la pena" intentar cambiar las cosas "frente a la maraña de problemas que existen en el mundo".