Golpe definitivo a una de las principales mafias rusas asentadas en España. Las fuerzas de seguridad españolas y estonias han desarticulado al conocido como clan Kemerovo, considerada la principal organización criminal rusa dedicada al tráfico de drogas. El cabecilla de la trama, Vyacheslav Gulevich, se ocultaba en una mansión en Mijas (Málaga), mientras que otros tres integrantes del clan han sido capturados en Tallín (Estonia). La Policía da así por desarticulada al clan Kemerovo a nivel internacional y se ha evitado su establecimiento en nuestro país.

Fuentes policiales han explicado que las pesquisas se iniciaron precisamente en Estonia hace dos años tras el asesinato de Nikolai Tarankov, a quien se identificaba como el máximo líder de las mafias criminales rusas dado que era el encargado de la recepción del dinero de las distintas organizaciones criminales asentadas en Estonia para su aportación a la denominada obshack o caja común, sistema habitual utilizado por la mayoría de las tramas mafiosas de las antiguas repúblicas del Este.

GUERRA DE CLANES

Tarankov era quien desde los años 90 monopolizaba el poder, señalan las fuentes, en las distintas ramas delictivas: tráfico de armas, de drogas, de seres humanos, extorsiones o prostitución. Presidía las reuniones (shodkas) entre clanes con los ‘vor zakonen’ -ladrones en ley- más relevantes en unos encuentros que llegaron a ser conocidos como ‘la mesa redonda’. Su liderazgo era tal que incluso ejercía de juez cuando surgía alguna disputa entre organizaciones. En uno de esos encuentros, se enfrentó a Viktor Vorobei, jefe del mercado de anfetaminas en Estonia después de que perdiera una mercancía valorada en un millón de euros. En desagravio, Vorobei ordenó su ejecución con un disparo en la cabeza.

Se inició entonces una guerra de clanes para llenar el vacío de poder. La mano derecha de Tarankov era precisamente Vyacheslav Gulevich, especializado en el tráfico de drogas y que decidió refugiarse en España para evitar ser asesinado. De paso, abría una nueva base de operaciones y podía blanquear el dinero obtenido por su organización.

SICARIO INTERCEPTADO EN TARRAGONA

Fruto de la cooperación policial entre las autoridades españolas y estonias, inmediatamente después del asentamiento de Gulevich en Mijas se inició una investigación conjunta para determinar sus actividades ilícitas en nuestro país. Así, se descubrió que desde nuestro país daba instrucciones a su mano derecha para el control del mercado de la droga en su país. El líder de los Kemerovo había extremado sus medidas de seguridad por temor a ser asesinado. De hecho, las investigaciones policiales permitieron detener el pasado mes de junio en Reus (Tarragona), a uno de los sicarios implicado en dichos tiroteos, Paata Sakhokia, perteneciente a una organización rival a los Kemerovo y que acababa de aterrizar en España para, según sospecha la policía, asesinar justamente a Gulevich.

Finalmente el pasado 2 de agosto, tras tener los indicios suficientes, se procedió a la explotación conjunta de la operación Fulcrum-Carinatus, que se desarrolló de manera simultánea en Tallin y Mijas.

En Málaga se detuvo a Gulevich, en cuyo se encontró documentación de contabilidad, dinero en efectivo escondido y diverso material informático, aún pendiente de analizar, así como un hacha y un cuchillo de grandes dimensiones que escondía bajo su almohada. Por su parte, en Estonia se detuvo al resto de directivos de la organización, incluido el que ejercía el liderazgo en el país ante la ausencia de Gulevich. Se trataba de un experto en artes marciales que reclutaba a los “soldados” de Kemerovo en el gimnasio que regentaba, y que eran quienes ejecutaban sus órdenes directas. Diez de ellos fueron detenidos a lo largo del último año por las fuerzas de seguridad estonias. Asimismo, se procedió al registro de sus domicilios, donde se incautó diverso material informático y documentación.