Uno de cada cuatro hogares españoles (el 27,1%) está sustentado por una persona jubilada. Se interpreta, además, que uno de cada tres (el 34%) hogares depende del cobro de algún tipo de prestación, en su mayoría de jubilación aunque también de invalidez oviudedad, para atender a sus gastos. Los datos, incluidos en la reciente Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), vuelven a poner de manifiesto la capacidad de las pensiones de jubilación de ejercer como flotador de la economía de los hogares, sobre todo en un momento en el que el empleo está aún lejos de recuperar el nivel previo a la crisis.

Al mismo tiempo el pago de impuestos ligado a estas prestaciones ha ido cobrando peso en la recaudación del IRPF por parte de laAgencia Tributaria, de modo que los pensionistas también han contribuido a sacar a flote parte de los ingresos públicos.

Y todo ello, sin haber podido evitar que una mayor parte de las personas jubiladas vaya entrando poco a poco en riesgo de pobreza o exclusión social.

RIESGO DE POBREZA

Según la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el porcentaje de personas de más de 65 años en riesgo de pobreza o exclusión socialha aumentado desde el 12,9% del 2013 al 13,7% en el 2014. Casi dos de cada tres de estos mayores declaran llegar con algún grado de dificultad a fin de mes.

La encuesta revela, además, que el 40,8% de los mayores de 65 años no puede salir de vacaciones al menos una semana al año; dos de cada tres no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos y hay un 8,3% que no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada.

Con todo, este colectivo es el que sufre un menor riesgo de pobreza o exclusión social: el 13,7%, frente a una tasa del 33,4% en el caso de los niños y del 31,6% para las personas entre 16 y 64 años.

Ese menor riesgo relativo de pobreza tiene que ver con la garantía de cobro de una pensión pública y con el mantenimiento de su poder adquisitivo en los últimos años. Eso es lo que ha permitido sacar a flote a muchas familias donde los hijos o nietos iban perdiendo el empleo.

Puede que en futuras crisis el flotador familiar de las pensiones esté algo más desinflado. A partir del 2019 se pondrá en marcha el nuevo factor de sostenibilidad de las pensiones, que calculará la cuantía de esta en función de factores como la esperanza de vida, y que en la práctica se traducirá en una reducción notable de la prestación media, según coinciden en señalar todos los expertos.

Según datos del padrón, el 40,53% de las personas mayores conviven con algún hijo o hija o algún tipo de pariente. Además, según el CIS, el 55,19% de los jubilados y pensionistas aseguran ser las personas que más ingresos aportan al hogar. El 22,86% dicen que lo hace otra persona y el 6,48% sostiene que a partes iguales con otro miembro del hogar que no es ni jubilado ni pensionista, según datos recopilados en el informe Observatorio Social de las Personas Mayores, de CCOO.

PATRÓN DE CONSUMO

Seguramente estas formas de convivencia y el hecho de que una pensión sea la principal fuente de ingresos en el 34% de los hogares han contribuido a un cambio progresivo en el patrón de gasto de estas familias.

En estos hogares, el gasto medio por persona y año ha pasado de 10.351 euros en el 2014 a 11.833 euros en el 2015. Desde el estallido de la crisis, este tipo de familias se ha ido apretando el cinturón en gasto como ropa, calzado, aparatos electrodomésticos, muebles o gastos corrientes y de reparación de vivienda.

El gasto dedicado a alimentación se ha reducido ligeramente, desde el 16,68% del presupuesto del 2006 hasta el 16,49% en el 2015. También se ha recortado en el capítulo de cuidados personales, donde se incluyen partidas como la peluquería, mientras que lasvacaciones con todo incluido sigue copando alrededor del 1% del presupuesto familiar.

Muchos de estos capítulos han ido perdiendo peso en el gasto de los hogares que tienen una pensión como principal fuente de ingresos, según la última Encuesta de Presupuestos Familiares, al tiempo que no se ha podido evitar dedicar un porcentaje algo mayor del gasto a electricidad, telefonía, medicinas, servicios médicos y transporte.

También ha habido que recortar ligeramente la paga semanal a los nietos. Lo destinado a dinero de bolsillo para los menores de estos hogares ha pasado de representar el 0,02% del gasto total en el 2006 al 0,01% en el 2015.

Las pensiones ganan peso en el IRPF

Las pensiones han ido ganando peso en el total de rentas del trabajo y de actividades profesionales que tributan en el impuesto sobre la renta. Desde el 2008 hasta el 2014, las pensiones han pasado de suponer el 17% del total al 24%, según el último informe anual de recaudación, publicado en el 2015 por la Agencia Tributaria (AEAT).

Mientras que en los últimos años el número de asalariados declarantes del IRPF no dejaba de caer y no registró su primera mejora hasta el 2014 (alcanzó los 26,36 millones), el número de pensionistas declarantes del impuesto siguió creciendo año tras año, hasta llegar a 8,93 millones en el 2014.

Tampoco ha dejado de crecer la pensión media declarada en el IRPF año tras año, pasando de 12.573 euros en el 2010 a 13.786 en el 2014. Mientras, el salario medio declarado en el impuesto sobre la renta ha ido cayendo año tras año, desde los 25.245 euros del 2010 a los 24.557 euros del 2014.

En este periodo, además el tipo de retención a cuenta del IRPF aplicado a las pensiones ha pasado del 5% en el 2008 al 7,6% en el 2016, mientras que el de los salarios ha pasado del 14,5% al 16,7%.