El Parlamento balear aprobó ayer -con los votos de los partidos de izquierda y la oposición del PP y Ciudadanos- la conocida como ley de toros a lo balear, que prohíbe expresamente maltratar y matar a los toros, por lo que los toreros solo podrán emplear el capote y la muleta, pero no banderillas, ni estoques, ni puntillas. La Ley de Corridas de Toros y Protección de los Animales de las Islas Baleares establece que en cada corrida solo se puedan torear tres animales durante un tiempo máximo de 10 minutos cada uno, transcurrido el cual los animales volverán a los corrales y después, a sus ganaderías de origen.

«Los únicos utensilios» de los que podrán servirse el torero y sus auxiliares en su faena son el capote y la muleta, pero «ningún instrumento punzante que pueda provocar heridas o la muerte del toro», al que tampoco se podrán lanzar objetos.

Finalizado el espectáculo, el personal veterinario realizará un reconocimiento de los toros para «comprobar su estado sanitario y el bienestar del animal» y se reflejarán en el acta las incidencias, como posibles lesiones, para que se adopten las medidas correspondientes.

La proposición de ley, defendida por PSIB-PSOE, MÉS y Podemos-, establece que se haga un control antidopaje a los animales y a los toreros. En las plazas de toros no se podrá vender ni consumir alcohol y queda prohibida la asistencia a menores de 18 años. Además, en las fiestas tradicionales con toros fuera de las plazas no se podrán usar cuerdas, ni palos ni cualquier utensilio que dañe al animal. Y en ningún caso se le podrá matar.

El texto recoge infracciones leves, con multas de 300 a 1.000 euros, las graves ascenderán hasta los 10.000 euros y las muy graves, hasta los 100.000 euros.

El Ministerio de Cultura ha remitido este mismo mes al Ejecutivo balear un informe en el que expone su postura contraria a 9 de los 14 artículos de este texto legal porque, en su opinión, vulnera aspectos de la Carta Magna.

La portavoz de Podemos, Laura Camargo, destacó que Baleares «se convierte en una punta de lanza institucional para acabar con el sufrimiento y tortura de los animales», mientras que Andreu Alcover (PSOE) comentó que esta ley era una «promesa» electoral. Desde Ciudadanos, su portavoz, Xavier Pericay, subrayó que la ley nace «muerta» porque será recurrida ante el Constitucional, y el popular Miquel Jerez criticó a los partidos de izquierda por «renegar de su cultura».