La Audiencia Provincial de Granada ha admitido a trámite el incidente excepcional de nulidad que han formulado los representantes legales de Juana Rivas, la mujer de Maracena que se fugó para no cumplir la orden que le obliga a entregar a sus hijos a su marido condenado por maltrato. Sus abogados tratan de agotar así la vía ordinaria para suspender el fallo, tal y como indicó el Tribunal Constitucional al rechazar la demanda de amparo.

Fuentes judiciales han explicado que la Audiencia ha habilitado el mes de agosto para resolver el incidente, que previsiblemente se hará lo antes posible. Así, la sala deberá pronunciarse acerca de si se vulneraron o no los derechos fundamentales de los menores, lo que permitiría, en caso afirmativo, suspender o incluso revocar ese fallo del mes de marzo que apela a la aplicación de un convenio internacional sobre traslado ilícito de menores y obliga a que los niños regresen a Italia, donde la familia residía antes de que Juana Rivas se refugiara en España el pasado verano.

La presentación de este incidente de nulidad es el paso previo necesario para poder acudir al Tribunal Constitucional, que el lunes inadmitió a trámite el recurso de amparo presentado de forma urgente por vulneración de los derechos fundamentales de los hijos de Rivas al entender que «no había concluido el proceso abierto en la vía judicial».

Mientras Juana Rivas y sus hijos, de 3 y 11 años, siguen en paradero desconocido, el padre de los menores relató en el programa Espejo Público la «pesadilla» que está viviendo sin ver a sus hijos en este último año desde que su todavía pareja se trasladó a Granada sin comunicarle sus planes de no volver.

Francesco Arcuri, que se mostró dispuesto a negociar la custodia de los niños, aseguró que la condena a tres meses de cárcel fijada en el 2009 por un delito de lesiones a su pareja no fue tal, y que asumió la culpabilidad pese al desacuerdo de su abogado y para poder ver a su hijo mayor.

Además, se despachó contra Rivas asegurando que era una buena madre pero que su prioridad no eran los menores sino la fiesta. «Juana era una buena madre, cuando estaba, en todos los sentidos. Pero es que no estaba. La mayoría del tiempo no estaba».