El gigante tecnológico Apple ha anunciado esta madrugada una modificación en su nuevo sistema operativo para dispositivos móviles, el iOS 8, que impide a la compañía acceder a los aparatos sin el consentimiento del propietario, una medida para dificultar los registros policiales.

En un comunicado, la empresa de la manzana mordida indica que, "a diferencia" de sus competidores, ha renunciado a la posibilidad de acceder directamente a los aparatos de los usuarios de iPhones e iPads sin la contraseña, algo que sí podía hacer hasta ahora. "De esta manera, no es técnicamente posible para nosotros dar respuesta a las órdenes del Gobierno para extraer datos de aparatos que funcionen con el sistema operativo iOS 8", ha explicado la empresa.

Esta mejora en la seguridad protege de la propia compañía --y, por tanto, de la Administración-- toda aquella información que pueda almacenarse en los dispositivos o cuentas de Apple de los usuarios, tales como fotografías, correos electrónicos, contactos, historiales de llamadas, mensajes, notas escritas o contenidos multimedia.

COLABORACIÓN CON LA NSA

La nueva medida se enmarca en un esfuerzo de la empresa con sede en Cupertino (California) en respuesta a quienes la acusan de haber colaborado, junto a otras tecnológicas, con demasiada facilidad con el Gobierno de EEUU y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) cuando le pidieron datos de usuarios.

Para impedirse a sí misma el acceso a los dispositivos y las cuentas de los usuarios sin disponer de las correspondientes contraseñas personales, Apple ha modificado su sistema de encriptación, y éste se aplica de manera automática una vez el usuario ha elegido su contraseña.

Por otro lado, y en el marco de ese esfuerzo por desmarcarse de las acusaciones de colaboración con el Gobierno de EEUU, Apple ha asegurado que solo ha facilitado datos a la Administración de "menos del 0,00385 %" de los usuarios de sus dispositivos.