En El Rocío, las hermandades se han echado al camino y se han topado con la autoridad. Piden que no se baile o cante otra cosa que no sea el tradicional flamenco. No parece que les sorprenda a los romeros, insisten en que hay que conservar lo tradicional. El bando municipal es claro. Si en puestos, quioscos o chiringuitos se baila otra cosa que no sea flamenco se les puede retirar la licencia. Parece que todo está bajo control. Veremos si de madrugada, con más de una copa no sucumben a otra banda sonora.