Fue uno de sus profesores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), en cuya facultad de Química estaba estudiando, quien le habló el año pasado de un programa de intercambio con Canadá que se iba a poner en marcha el curso siguiente, este 2016-2017, y que le permitiría obtener una doble titulación universitaria. A Albert Adserias, que se define como un estudiante "muy normal, de los que van aprobando sin pasar apuros, pero bastante implicado en la vida del campus", la propuesta le interesó. Y allí está ahora, a unos 400 kilómetros de Vancouver, en la Columbia Británica, desde el pasado octubre.

El alojamiento "con una familia, por 150 dólares al mes" lo ha encontrado gracias a un programa universitario, y en la misma facultad en la que estudia colabora con "un par de profesores", lo que le ha dado la posibilidad de acceder a una ayuda "de unos 3.000 euros por tres o cuatro meses de trabajo". "Aquí te dan muchas facilidades para poder optar a una ayuda económica, no es para nada parecido a España", exclama.

Pero no es eso lo que más gratamente ha sorprendido a Albert de su experiencia canadiense. "Mi primera motivación para venirme aquí fue el inglés, pensé que era una oportunidad para mejorarlo, pero luego he descubierto un país de gente muy cordial, seguro y con un sistema universitario muy flexible, que se adapta a cada estudiante", explica.

CLASES EN GRUPOS PEQUEÑOS

En la Thompson Rivers University Albert trabaja "en grupos académicos de entre 10 y 15 personas, en contacto continuo con los profesores y con unas instalaciones de primer orden", cuenta el joven.

"Creo que en España, en la universidad -al menos esa es mi experiencia de mi tiempo en la Autònoma-, los estudiantes adquirimos una base teórica muy sólida, recibimos una formación más profunda", comenta. En la universidad canadiense, en cambio, "el trabajo es más colaborativo, por proyectos y también más práctico", subraya el estudiante, que llegó a la UAB procedente de un ciclo formativo superior de Química Analítica.