La sonda Rosetta, proyecto insignia de la Agencia Espacial Europea (ESA), terminó ayer su fecunda misión impactando contra la superficie del cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko. El lento descenso se desarrolló conforme a lo previsto y permitió obtener fotos hasta poco antes del impacto, como ha subrayado la ESA. La última instantánea hecha pública, un tanto borrosa, se obtuvo desde una altura de 51 metros sobre la superficie.

Entre aplausos, el final de la misión lo ha anunciado Sylvain Lodiot, director de operaciones de vuelo, desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), en Darmstadt (Alemania). «Ya está. Puedo confirmar el éxito del descenso. Han terminado las operaciones de la misión Rosetta -ha explicado Patrick Martin, jefe del proyecto-. Adiós, Rosetta, has hecho bien tu trabajo».

«Del mismo modo que la piedra de Rosetta fue fundamental para la comprensión de los jeroglíficos y la historia antigua, el gran tesoro de datos obtenidos por la nave Rosetta está cambiando nuestra visión sobre cómo se formaron los cometas y el sistema solar», ha insistido Matt Taylor, responsable científico de la misión.

El impacto se produjo suavemente, a una velocidad de solo tres kilómetros por hora, después de un descenso desde una altura de nueve kilómetros que duró 14 horas. Muy posiblemente, el ingenio rebotó antes de acabar en algún rincón del cometa, tal y como hizo hace dos años el módulo Philae, pero lógicamente no hubo ninguna cámara que pudiera comprobarlo. La comunicación se interrumpió de inmediato.

En concreto, a las 12.39, hora española, Rosetta impactó en una región de fosas activas que se encuentra en el menor de los dos lóbulos del cometa. La zona alberga varias fosas activas -de entre 50 y 60 metros de profundidad- en las que se originan una serie de chorros de polvo. Debido a la gran distancia, aproximadamente a 740 millones de kilómetros, la confirmación llegó a la Tierra 40 minutos después, a las 13.19 horas.

El descenso permitió tomar datos desde muy cerca del entorno de gas y polvo que rodea al cometa. «Las fosas son de particular interés porque revelan detalles de su actividad», ha destacado la ESA. «Rosetta ha entrado en los libros de historia una vez más -afirmó Johann-Dietrich Wörner, director general de la ESA-. Celebramos el éxito de una misión que ha superado todas las expectativas». «Ahora disponemos de una gran cantidad de datos que van a ayudar a entender cómo se formó el Sistema Solar», declaró. H