Jaume S. acusado de matar a Sara Lozano, ha declarado en la Audiencia de Tarragon en relación a este asesinato coincidiendo con la celebración del Día de la Mujer Trabajadora. “Este 8 de marzo” --ha recordado una amiga de la víctima leyendo un manifiesto a las puertas del juzgado-- “se cumplen dos años, cuatro meses y diez días del crimen”. A Lozano, vecina de Montblanc de 37 años, la hallaron calcinada en un campo abandonado de almendros entre L'Espluga y Montablanc (Conca de Barberà). Hoy la han recordado por su “fortaleza, principios, bondad y ternura”.

El manifiesto se ha leído inmediatamente después de que unas 40 personas recibieran al acusado -un vecino de Montblanc de 29 años que está en libertad bajo fianza desde el pasado mes de julio- conabucheos y los gritos de “justicia para Sara”. El texto también ha reivindicado: “Nos queremos vivas, basta de feminicidios, ni una más”, así como el derecho a “poder decir no, no quiero follar contigo, sin que nos maten”.

FÁRMACOS, COCA Y ALCOHOL

El acusado, el último en ver viva a Lozano, ha declarado que estuvo de fiesta con ella la noche del crimen; que toma medicación psiquiátrica para “aplacarse”, un “consumo disparatado de alcohol”, que también esnifaba cocaína, que tenía problemas de impotencia causados por la medicación y ha negado tajantemente que matara a la mujer.

También ha asegurado que intentaba llevar una vida ordenada, que estuvo de copas con su paisana en Montblanc y que la dejó cerca del domicilio de ella, pero que luego la vio andando por la carretera de L'Espluga de Francolí y se ofreció a llevarla.

Parte del trayecto lo hicieron por un camino para evitar los controles y allí intentó mantener relaciones sexuales con ella, sin éxito por su impotencia, aunque siguieron yendo de bares en L'Espluga.

"A HACER PUÑETAS"

En un momento de la noche, ha relatado, ella le envió “a hacer puñetas y quiso quedarse en L'Espluga”, por lo que el acusado optó por regresar a casa por otro camino. A preguntas del fiscal, ha explicado que ese sendero pasa muy cerca del campo, una antigua propiedad de su familia donde se halló el cuerpo de Lozano.

También ha manifestado que, antes de ser detenido, al ver todas las noticias del crimen, que borró del historial de su móvil, “sentía impotencia y culpabilidad” y se preguntaba: “¿Y si me hubiera quedado con ella?”. El juicio se ha prolongado durante tres semanas y hoy quedará visto para veredicto, con una petición de las acusaciones de 20 años de cárcel.