Los cuerpos congelados de una pareja suiza que desapareció hace 75 años en los Alpes han sido encontrados conservados en un glaciar cercano a un teleférico de esquí, en los Alpes suizos. Las pruebas de ADN confirmaron ayer que, como apuntaban los medios de comunicación locales, los cadáveres pertenecen a Marcelin y Francine Dumoulin, que dejaron huérfanos a siete niños. La familia de los Dumoulin perdió la pista de la pareja el 15 de agosto de 1942, cuando el matrimonio se dirigió a ordeñar sus vacas en una pradera de los alrededores de Chandolin, en el cantón suizo de Valais (sudeste), según recoge Efe.

«Nos hemos pasado toda la vida buscándoles sin parar. Siempre hemos pensado que algún día celebraríamos el funeral que se merecían», dijo al diario suizo Le Matin la menor de los hijos de la pareja, Marcelin Udry-Dumoulin, de 79 años.

Otra de las dos hijas que siguen con vida, Monique Gautschy, de 86 años, recordó ayer en declaraciones a la agencia France Presse la última vez que les vio. Tenía 11 años. «Les vi marchar el sábado por la mañana. Hacía un tiempo radiante. Tenían que pasar la noche en Grilden y volver el domingo». «De repente, una gran nube negra cubrió el glaciar. Mi tío tuvo tiempo de verles una última vez con sus prismáticos», añadió.

Los cuerpos fueron encontrados por un trabajador de la compañía Glacier 3000, que opera las cabinas y telesillas de varias estaciones de esquí. El empleado descubrió mochilas, cuencos, una botella de vidrio, zapatos de hombre y mujer y un cuerpo humano bajo el hielo del glaciar, situado por encima de la estación Les Diablerets, a 2.615 metros de altitud.

Cuerpos intactos

La vestimenta de los cuerpos encontrados indicó que estos habían permanecido en el glaciar entre 70 y 80 años, dado que las ropas que llevaban correspondían a la Segunda Guerra Mundial, dijo el director de Glacier 3000, Bernhard Tschannen, también a Le Matin. «El glaciar preservó los cuerpos y sus pertenencias de forma intacta», dijo Tschannen, que añadió que el destino fatal de la pareja seguramente fue provocado por una caída a través de una grieta.

No era habitual que Francin Dumoulin, educadora de profesión, realizara tales caminatas por el glaciar junto a su esposo, que trabajaba de zapatero, debido a que la mujer pasó la mayor parte de su vida adulta embarazada y el terreno en el que fueron encontrados es muy exigente, reflexionó la hija de la pareja al medio suizo.

La pequeña de la familia Dumoulin aseguró, asimismo, que había perdido contacto con sus hermanos, ya que tras el trágico suceso cada uno había sido destinado a una familia diferente.

«En el funeral no vestiré de negro. Creo que el color blanco es más apropiado, porque representa la esperanza que nunca perdí», explicó al diario la hija de los desaparecidos.