Una de cada 20 personas sufre adicción al móvil, es decir el 5% de la población española, mientras que el 15,4% hace un uso del teléfono móvil «muy elevado» que indica «riesgo de padecer complicaciones». Esta es la principal conclusión de una investigación, que también señala que la depresión suele convivir con el abuso de este dispositivo, en la que han participado la Universidad Complutense, el Hospital Universitario 12 de Octubre, el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y la Universidad San Ignacio de Loyola de Perú.

El uso del móvil se convierte en problemático cuando es excesivo en horas o interfiere en actividades cotidianas, laborales, sociales y familiares, e incluso perjudica la salud física del individuo sin capacidad de control. Si además la persona padece otros síntomas como dificultad para resistir a un impulso, angustia o adicción a otras sustancias, tendrá más posibilidades de «engancharse» al aparato tecnológico. «Históricamente se ha observado que las variables psicológicas de ansiedad e impulsividad anteceden o predicen las adicciones con sustancias», es decir, que son factores de predisposición. Esto implica que el uso problemático del móvil podría ser considerado una adicción», explica un investigador.