Los días grandes de la Semana Mayor han brillado por la benigna climatología. Las calles han resultado insuficientes para acoger a miles de personas congregadas en torno a una veintena de procesiones.

En la madrugada del Jueves Santo salía la cofradía del Silencio con los tambores enlutados. En la tarde, abrieron los desfiles la Santa Fe, Nuestro Padre Jesús en el Sagrado Lavatorio y Nuestro Padre Jesús Preso con Antonio Eloy Henares, Antonio Jesús Castillo y Manuel Espinar Morales como manijeros. Desde Santiago salió Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna y María Santísima de la Paz y Esperanza. El paso de la Columna ha sido mandado por Rafael Beato Ruiz, mientras que Luis Lara Cantizani ha sido el manijero de la Paz. Ambas procesiones fueron acompañadas por el Torralbo y la banda de Jesús Cautivo de Rus (Jaén). Tras esta cofradía venían Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Salud, cuyos manijeros fueron Francisco Henares de la Torre y Rafael Ramírez Jiménez. Estas procesiones fueron acompañadas por la agrupación musical Jesús Nazareno de Cañete de las Torres. El jueves brilló la cofradía del Cristo de la Sangre y María del Mayor Dolor. Los manijeros han sido Francisco Ruiz Franco y Francisco Valverde Navarro, cuyos pasos fueron acompañados por la Banda de Música de Lucena.

Lucena madrugó ayer para disfrutar de la salida desde la nueva iglesia de San Pedro Mártir de Verona de las cinco procesiones de la archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El paso de su imagen titular fue mandado por Miguel Chacón Bergillos y los manijeros de las otras cuatro procesiones fueron Jesús Granados (Verónica), José Antonio Ramírez (Magdalena), Francisco Jiménez (San Juan) y Manuel Valverde (Virgen del Socorro). Jesús Nazareno impartió la bendición, despertando la centenaria devoción del pueblo lucentino. La cofradía volvió a salir por la noche con la Magdalena, San Juan, la Santa Cruz y la Virgen del Socorro, que acompañó a la del Santo Entierro, siendo mandada esta por José Antonio Muñoz Moyano.