Dicen, y es verdad, que no es más fuerte el que no cae, sino el que sabe levantarse. Y a los reveses del año pasado, como el vandálico destrozo del manto de la Virgen de Rocío y Lágrimas, El Perdón ha respondido este año encajando la bofetá de la vida, haciendo honor a su titular, y presentándose como la hermandad con más ánimo y estrenos del 2015. Nueva es la junta de gobierno, el hermano mayor y hasta como nueva le han dejado con la restauración la sede canónica, San Roque. También estrenaba un manto de terciopelo que sustituye al dañado, una túnica para Jesús del Perdón de seda burdeos, un corazón de plata para la Virgen diseñado por Alvaro Abril y ejecutado por Daniel Porras, una nueva disposición del misterio (ayer con claveles rojos), además de un nuevo juego de potencias y, por estrenar, hasta estrenó una nueva concepción de las flores para Rocío y Lágrimas de la empresa cordobesa Pinsapo, sin perder los cánones clásicos.

El andar, sin embargo, seguía siendo clásico donde los haya de manos del capataz Luis Miguel Huertas Curro , cofrade ejemplar que ya hasta cuenta con un pequeño milagro de bilocación, valga el comentario, al estar en dos procesiones al mismo tiempo, pues sus cuadrillas y equipo llevaron ayer los pasos del Perdón y el de la Virgen del Amor.