Quizá porque la Justicia es lenta, quizá por los problemas de anoche con la aglomeración creada en la Cruz del Rastro que marcó el ritmo del paso de todas las cofradías, el caso es que el Señor de la Sentencia también se vio afectado por el retraso de la jornada a la hora de entrar en el primer templo cordobés. Pero con casi cinco hermandades agolpadas en el entorno de la Catedral, el Señor que tallara Martínez Cerrillo, todo belleza y clacisismo enmarcado en su espectacular túnica de terciopelo y oro que no pudo estrenar el año pasado, fue el magnífico nexo de unión en el Patio de los Naranjos entre las populares hermandades de barrio precedentes y el luto de Vía Crucis y Ánimas. Por algo, y ya casi se dice como tópico, el Lunes Santo es la más espectacular jornada de constrastes de la Semana Santa cordobesa. Las incidencias de la noche no lograron agitar el espíritu sereno de La Sentencia, con una Virgen de Gracia y Amparo que ya espera el espectacular manto que le ha diseñado Rafael Rueda.