San Lorenzo volvió a revolucionarse con la salida de Jesús del Calvario, con una hermandad que ha estrenado recientemente casa precisamente para estrechar los lazos entre los cofrades y con el propio barrio.

El paso del Jesús estuvo exornado con jacintos morados y el de Nuestra Señora del Mayor Dolor con humildes claveles blancos pero con un gusto exquisito, coincidían muchos, y con un resultado más eficaz que otros por muy caras que sean las flores. Todo elegancia y clase, desde el principio al final, incluidas las difíciles maniobras para salir y entrar en San Lorenzo. Nuestra Señora del Mayor Dolor también estrenó un sobretecho de palio inspirado en el azulejo de San Lorenzo y un rosario de filigrana de plata.