El recorrido de la hermandad de Nuestro padre Jesús de la Pasión era el más corto de los que se recuerdan, algo impuesto por la nueva carrera oficial, tan cercana al barrio del Alcázar Viejo, y por la necesidad de ser prudentes en el itinerario en esta inédita Semana Santa. El caso es que el barrio, aún sin entrar en carrera oficial, casi se fue de procesión con su Señor. A algunos hasta les dio tiempo a acompañar a la hermandad a carrera oficial, volver al barrio y recoger al Señor que bendecía las huertas para traerlo al Alcázar Viejo. O sea, casi con la carrera oficial como de la familia.

En todo caso, en esta hermandad, con más del doble de hermanos ligados al barrio (casi un millar) que el doble de vecinos que actualmente tiene la zona (unos 400), lo popular y lo cercano se mezclan con lo más sublime y espiritual, esas cosas que solo se pueden conjuntar cuando hay mucha Pasión y mucho Amor... Que siempre vale la pena por muy corto que tengan su recorrido. Jesús de la Pasión caminó ayer sobre claveles rojo, mientras la Virgen del Amor lucía flores de suaves tonos pasteles y claros. Hay que lamentar que la caída de un tulipa, con el cortejo aún en el barrio, causó heridas a una pequeña, que fue atendida inmediatamente, en principio, por los propios presentes.