La hermandad de los Dolores siempre ha sabido bien a dónde va. Ahora además tiene un sitio magnífico de dónde salir. Y es que era más que necesario este local en Capuchinos desde donde iniciar el cortejo. Una razón más de alegría ayer para la cofradía servita de la Señora de Córdoba, hermosísima como siempre y con adornos de rosas blancas en las jarras, ni parcos ni excesivos, como es su tradición. La hermandad pasó por la Catedral antes que por carrera oficial en una jornada donde todas la cofradías pisaron el primer templo cordobés. Y si en carrera oficial no el la última en entrar (El Sepulcro tiene ese derecho) justo es que, aunque solo sea por número de devotos, entre la primera de la jornada en la Catedral. De hecho, La Señora de Córdoba cruzó la Puerta del Perdón a las 19.19 horas a los sones de Saeta Cordobesa , saliendo del templo a las 19.42, cuando El Cristo de la Clemencia, adornado con rosas rojas, salió por la Puerta de las Palmas.