El Cofrade Ejemplar de este año, Fermín Pérez, procesionó con la hermandad. El resto de nazarenos, sin ser Cofrade Ejemplar, fueron ejemplares cofrades.

La hermandad, tan ligada a la madrugada de la Semana Santa cordobesa en distintas etapas de su larguísima trayectoria (se fundó en 1579) vida, abrió una tarde de sol y calor con su riguroso silencio y austeridad, un rigor maduro que contrasta con la incorporación en masa de jóvenes a esta hermandad, como bien ha comentado el hermano mayor, Víctor Molina Posadas, a este periódico.

Para el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno se eligió como exorno el estatis morado, mientras que María Santísima Nazarena lució lílium blanco. Llamaron la atención las joyas que portaba la advocación Nazarena, entre ellas un impresionante y antiguo pectoral de oro y esmeraldas. El vestidor fue Antonio Muñoz Sánchez.