Enhorabuena a todos los cordobeses! Y digo a todos, porque a todos beneficia. Al fin se impone el realismo y la razón en algo que hace más de cincuenta años se viene demandando como es el traslado de la carrera oficial de Semana Santa en torno al monumento mas emblemático de nuestra ciudad: nuestra Mezquita-Catedral.

Es cierto que cuando el modelo de Semana Santa de Córdoba se reconfigura a principios del siglo XX, tras casi una centuria de vaivenes que arrancan del adverso decreto del obispo Trevilla de 1820 y de las diversas circunstancias históricas decimonónicas, el modelo urbanistico de ciudad ha cambiado de forma patente y el centro neurálgico de la urbe se ha ido desplazando hacia las nuevas calles y plazas que se van configurando en su zona más alta, como Claudio Marcelo, Tendillas y Cruz Conde. Esta decretada interrupción del modelo histórico, hasta entonces imperante en las estaciones penitenciales de la Semana Santa cordobesa, provocó la ausencia de una normal evolución de la misma en todos sus aspectos cofrades y supuso, por tanto, también una nueva disposición de su carrera oficial, que quedó establecida en el nuevo eje urbano, modificando así el sentido que le concernía.

Con la excepción de los dos años en que a comienzos de la década de los sesenta del pasado siglo se intentó, en aquella ocasión a iniciativa municipal, volver a los orígenes situando el discurrir de los pasos penitenciales por los aledaños de la Mezquita-Catedral, la cuestión de la carrera oficial se acabó convirtiendo en una permanente pretensión y demanda cofrade, nunca atendida. Y digo pretensión de las cofradías, pues solo la han estado invocando las cofradías. Porque unos por otros no existía anteriormente ninguna voluntad de satisfacer esa reivindicación de la mayoría del movimiento cofrade. A los hechos del pasado me remito.

Pero, una vez más, se demuestra que las cofradías son el pueblo y del pueblo, y al final ese empuje ha hecho prevalecer el cumplimiento de tan ansiado y beneficioso objetivo, venciendo reticencias de dentro y de fuera. Para conseguirlo, los cofrades han tenido que esperar mucho tiempo e incluso, es posible, hayan sido en cierto modo otras cuestiones hegemónicas exógenas en sí las que han facilitado el respaldo a esta ya vieja aspiración.

Parecía que los segmentos más rancios y casposos, por una parte, y más rígidos y dogmáticos, por otra, se habían confabulado para impedir que se consiguiera algo que es beneficioso para el conjunto de la ciudad, ya sea desde una esencial fundamentación espiritual como desde una positiva y necesaria perspectiva de fomento socioeconómico y turistico, que en ningún modo son incompatibles. Pero un ejemplar espíritu de colaboración entre las diversas instituciones competentes ha conseguido aunar esfuerzos para superar numerosos obstáculos técnicos, que ciertamente habían de tenerse en cuenta y lograr por fin que esta carrera oficial sea una memorable realidad. Una vez más se demuestra que la unión hace la fuerza.

Por supuesto que a lo largo de esta Semana Santa pueden darse determinadas deficiencias y eventuales inconvenientes, a pesar del considerable trabajo realizado, pero paulatinamente se irán resolviendo con la mejor voluntad sobre la base de este magnífico esfuerzo y empeño de armónica colaboración entre nuestro Ayuntamiento, Agrupación de Cofradías, Cabildo Catedral y demás instituciones, por los que los ciudadanos cordobeses debemos congratularnos.

Bienvenida sea esta nueva histórica carrera oficial y felicidades a todos. Córdoba ha ganado. Al tiempo.

* Cronista oficial de la ciudad